Esta semana el PP ha puesto fin a un proceso que se inició en la Semana Santa de 2019, cuando, a pocas semanas de las elecciones municipales de ese año, cambió de candidato a la alcaldía. Rafael Mateos, que solo unos días antes había anunciado que no repetiría en la candidatura de Elena Nevado, sustituyó a ésta. De estar fuera pasó a liderar la lista. De poco sirvió ese cambio, ni siquiera la capacidad negociadora de Mateos, que fue una de las causas dadas por el partido para la sustitución, permitió al final un acuerdo con Ciudadanos.

Esta semana se ha formalizado la salida de la presidencia local del PP de Elena Nevado y su relevo por Rafael Mateos. Un trámite porque hace tiempo que el control del partido en la ciudad era de Mateos. Con Nevado ha pasado lo mismo que con Carmen Heras en el PSOE, la sensación es que han salido por la puerta de atrás, tal vez porque no supieron irse a tiempo, pero la impresión es que al final se convirtieron en un estorbo para sus partidos y que estos se olvidaron de que con ellas ganaron la alcaldía.

Evolución del voto del PSOE y el PP en las elecciones municipales EL PERIÓDICO

La ratificación de Mateos tiene su meta en las elecciones municipales de mayo de 2023 y la recuperación de la alcaldía para el PP. No es una tarea fácil porque para el PP todo lo que no sea ganar la alcaldía es un fracaso y Mateos, difícilmente, va a tener una tercera oportunidad (Saponi la tuvo porque ganó, aunque no gobernó, y porque no se concretó la operación que hubo para apartarle de su tercer intento). El PP ha ganado siete de las últimas diez elecciones municipales. Cáceres ha sido su territorio durante casi tres décadas (Carmen Heras logró la alcaldía por los pactos postelectorales), un escenario que se rompió en las tres elecciones de 2019, aunque en las últimas generales la diferencia entre PSOE y PP se redujo a menos de un punto.

Mateos tendrá ahora más tiempo para configurar un equipo para su segundo asalto a la alcaldía (no como hace dos años, cuando solo tuvo días para componer su lista) y para atraer y tender puentes con otros partidos y formaciones para el día siguiente de las elecciones. Las mayorías absolutas parecen ya cosa del pasado. Lo que pasó con la candidatura de Nevado en 2011 no se volverá a repetir, entonces el PP era el único partido a la derecha del PSOE. Ahora todo se decidirá en las semanas que transcurran entre los días de la votación y de la investidura, de la capacidad de negociación de los candidatos y de sus equipos y de las interferencias de los partidos.

Con el relevo en el PP de esta semana está más cerca la cita electoral y se intensificará la labor de oposición de Mateos en una legislatura que ha estado muy marcada por el covid y también por la habilidad del alcalde, Luis Salaya, de consolidar un gobierno con solo 9 ediles.