No hay extremeños en la Luna, pero sí un cacereño que trabaja en el diseño de infraestructuras para que un asentamiento en el astro, a largo plazo, sea viable. Miguel Cordero Álvarez, ingeniero mecánico de 27 de años (Universidad Politécnica de Madrid), junto a su socio segoviano de trabajo Ayim Manuel de la Fuente, decidieron competir hace algo más de un mes en un concurso a nivel internacional de la NASA (Lunar Torch). Participaron 195 proyectos, presentados por especialistas, universidades y empresas de numerosos países. El objetivo dar la mejor solución a un problema planteado por la agencia espacial más famosa del planeta. Al menos desde que llevó a un hombre al satélite en el verano de 1969 y adelantó a la URSS en una carrera hasta entonces bastante reñida.

El reto planteado: idear un heliostato (una especie de espejo) móvil acoplado a un vehículo lunar para ser transportado a el astro, en un espacio reducido y, una vez allí, desplegarse hasta alcanzar una superficie reflectante de 10 metros cuadrados. La conclusión que plantearon estos jóvenes les hizo ganar la prestigiosa prueba con un premio de 3.000 dólares. «Proyectamos un aparato que se utilizará dentro del programa Artemis, cuya finalidad es establecer una presencia sostenible en La Luna para iluminar objetivos, reducir gradientes térmicos, calentar objetos o servir de baliza de aterrizaje, entre otras tareas», explica Cordero.

Así es el aparato diseñado. EL PERIÓDICO

«Los espejos se apilan unos sobre otros en su configuración de guardado para más tarde deslizarse hacia el exterior, formando de esta manera un heliostato de 10m2. Dispone a su vez de 1m2 de paneles solares para dotar de energía a todo el sistema», indica el ingeniero. «En realidad, el verdadero reto no está en cómo llegar al satélite, sino en mantener a los astronautas allí. En definitiva, cómo lograr que sigan con vida y, además, con plenitud de recursos con vistas a desarrollar entornos de investigación y análisis. La Luna es la antesala del planeta Marte», cuenta Cordero a este diario.

Supo que su futuro iba de la mano de las ciencias, tras conocer al profesor Tasio Olivera

La NASA sabe que La Luna es una muy buena fuente de energía (alberga cantidades ingentes de Helio-3, aprovechamiento de la radiación solar...) y también contempla que su superficie sea el campo de pruebas, el entorno de prácticas, con el propósito de llevar a la primera mujer y al próximo hombre a la tierra de Armstrong, Aldrin y Collins en el año 2024.

Una imagen del trabajo. EL PERIÓDICO

Miguel Cordero supo desde muy niño que su futuro iba de la mano de las ciencias, tras conocer al profesor de Tecnología del IES Profesor Hernández Pacheco, Tasio Olivera, lo tuvo más que claro. «Allí están uno de los mejores recuerdos de mi vida, me enganché rápido a su asignatura y una ingeniería siempre tiene mucha salida», dice con nostalgia.

El reconocimiento que les ha brindado este galardón parece servirles de aliciente para seguir avanzando en proyectos laborales. Cordero destaca que «mi socio y yo fundamos el pasado mes de marzo la empresa Vulkano Engineering, con sede en Murcia. Somos expertos en el diseño y desarrollo de producto para la industria automovilística, ferroviaria, aeronáutica y fotovoltaica», concluye.