Al hostelero Javier Cardenal le multaron porque sus clientes no usaban correctamente la mascarilla mientras se encontraban en su local. Una patrulla de la Policía Local de Cáceres se personó en su negocio de la calle Amberes y le impuso una sanción de 1.500 euros debido a que él como responsable no estaba supervisando correctamente que la clientela respetaba las normas dictaminadas por las autoridades sanitarias de la pandemia.

Este caso ocurrió a principios de este año, el 5 de enero concretamente. En su momento consideró la multa una «injusticia» y anunció que tenía intención de recurrir, pero tal y como confirma prácticamente un año después, acabó abonando la cantidad estipulada por recomendación de sus abogados. «Me dijeron que era mejor pagarla», sostiene mientras recuerda el incidente que hizo mella en su negocio perteneciente a un sector duramente castigado por la pandemia de coronovirus. «No nos hundió pero nos hizo daño», lamenta. 

Como Cardenal, sesenta locales de hostelería han sido expedientados desde que arrancó la pandemia por incumplir las medidas para evitar contagios. Estos son los datos que maneja el Ayuntamiento de Cáceres, que extrae las cifras del propio departamento de la Policía Local, que interpone las sanciones. Preguntado también por este asunto por este diario al Organismo Autónomo de Recaudación y Gestión Tributaria (OARGT) de Diputación de Cáceres, encargado de canalizar las multas leves de todos los cuerpos y fuerzas de seguridad en la provincia, no ha habido respuesta a la hora de facilitar los datos. 

Motivos de las multas a los hosteleros

En relación a los motivos que copan el mayor número de sanciones a la hostelería se encuentran aparte del mal uso de la mascarilla, el exceso de aforos o de horarios. En relación a la cuantía de las multas que han debido abonar los hosteleros a los que se han multado se encuentran desde los 600 euros por falta leve hasta 3.000 euros por falta de mayor gravedad. En cualquier caso, al margen de las cuantías económicas y dependiendo del carácter de la sanción, los locales han podido conmutar su multa con restricción en los horarios de apertura y cierre. Este es el caso de las dueñas de Montebianco, que durante semanas tuvieron que adelantar su horario de cierre una hora.

En su caso, la Policía Local se dirigió a su local para abrirles expediente sancionador por dos mesas que se encontraban en las puertas de su cafetería en el centro de Cáceres y que ellas alegan que se instalan para que los fumadores puedan apoyarse. En ese intervalo, los agentes añadieron a la sanción que incumplían las medidas covid porque el cartel informativo que avisaba del uso obligatorio de la mascarilla no era visible ya que se encontraba en el interior de las instalaciones y no fuera. «El cartel estaba en la entrada y nos dijeron que tenía que estar en la puerta», lamenta. Su multa ascendió a 1.500 euros pero pudieron suplir el pago por las horas de cierre. «Si ya de por sí el año ha sido complicado, hay que descontarle las horas que cierras», añade Guadalupe Mostazo.

El doble de cuantía, 3.000 euros, se ve obligado a pagar el dueño del bar La Chimenea después de que fuera denunciado en noviembre del pasado año por incumplir las normas de mantener inactiva la barra y no respetar el exceso de aforo. En declaraciones a este diario, su dueño M. R. defiende que la sanción es «desproporcionada» y niega que en su local hubiera exceso de clientes. Ya ha abonado una primera parte y el asunto queda en manos de sus abogados. En ese sentido, lamenta también el perjuicio que produce a los negocios este tipo de sanciones económicas. «Mil euros es una caja de meses», anotó.

También a un bufete trasladó la dueña del restaurante Oriente de Moctezuma una sanción por no respetar las medidas en el último año y finalmente los tribunales le han dado la razón a la propietaria y obligan al ayuntamiento a abonarle 4.000 euros por los perjuicios ocasionados.