Del barrio de Las 300 y de la saga de los Alegre. Además, su madre siempre ha trabajado en Confecciones Fide con su tía, que le hacían con mimo los trajes de flamenca, y su padre, en Conyser. De modo que más cacereña no se puede ser. A Tamara Alegre la habíamos visto con 9 añitos cuando Simón García, El Niño de la Ribera, presumía de pupilos en aquella escuela de saetas que montó y de la que salieron también otras jóvenes promesas como Jorge Peralta.
La niña Tamara era a tan corta edad un portento de voz, de quejío y rebolera, tanto que a los 11 años ya había ganado su primer premio de saetas nacional en Plasencia. A partir de ahí continuó una fulgurante carrera en la que ha compartido escenario con algunos de los grandes como José Mercé, la Paquera de Jerez, María Toledo o Miguel de Tena.
Tamara está hoy de enhorabuena, con dos singles en el mercado. El primero, ‘Lo que yo soñé’, de la mano de Aitor Moya y Alberto Moreno. Cuando empezó a sonar la llamaron de ‘A esta hora’ en Canal Extremadura Televisión, programa en el que la entrevistó el periodista Juan Pedro Sánchez Romero. Fue entonces cuando Infinito Records, una discográfica de Barcelona, se fijó en ella.
Enseguida todo fue rodado y salió el segundo single, ‘Esta canción es pa ti’, producida por Antonio Velasco ‘Maki’ y Joaquín Garzón, con letra de María Artés. El videoclip se grabó en la basílica visigoda de Santa Lucía del Trampal, de Alcuéscar. «Es un tema súper bonito. Habla de todas esas cosas que quieres agradecer a los que han hecho algo por ti y a los que amas con locura, a tu pareja, a tus sobrinos, a tu familia, a esas cosas que son ‘pa’ ti. El comienzo del tema da buenas pistas de ello: ‘Hola corazón, tengo mucho que contarte, tengo muchas ganas’. Por ahí va el rollo», precisa entre risas la artista cuando atiende a este diario mientras sigue arrasando en Radio Taxi y Radiolé.
Tamara Alegre ha dado pasos de gigante y ha alcanzado una plenitud y una madurez que demuestra sobradamente en sus últimos trabajos. De mucho le sirvió su preparación en la Fundación Cristina Heeren de Sevilla y los numerosos premios que a lo largo de su trayectoria ha ido atesorando.
En esta nueva etapa se adentra en una música más comercial. «Nos levantamos de la silla de enea y nos ponemos a bailar por las ramas del flamenco pop pero sin perder mi esencia». La música es su pasión que compagina con su trabajo como técnico de teleasistencia y dependencia al medio hospitalario y auxiliar de Enfermería. Por las mañanas acude a Alcer «y les canto mucho», dice con esa melodía de voz que tiene Tamara y que siempre cura.