Acaba de ser nombrada colegiada de honor del Colegio de Enfermería de Cáceres, ciudad en la que este viernes recaló para hablar, entre otras cosas, de la agenda feminista, abierta por páginas muy diferentes en cada lugar del planeta y que aún tiene pendiente lograr la paridad. En esta entrevista, Amelia Valcárcel y Bernaldo de Quirós (Madrid, 1950) huye de la extravagancia y hace gala de la precisión. Referente del feminismo, recuerda que la igualdad es la condición política de la democracia.

-¿Qué es la pasión? 

-Las pasiones son muchas y son muy distintas. El odio y el amor se parecen relativamente.

-¿Cree que la envidia es el motor del descontento social? 

-Es una pasión reconocida muy pronto. Quiero decir que si tomamos textos bastante antiguos que nos han llegado, ya aparece relatada. Lo cual quiere decir que muy pronto fue vista y muy pronto fue codificada para saber qué era. Normalmente una sociedad que sea muy cerrada y muy jerárquica atribuirá a la envidia cualquier deseo de cambio. En las sociedades abiertas e igualitarias la envidia reina tranquilamente en ellas. Es uno de los principales motivos de infelicidad. No es buena en ningún caso, de tal manera que la única cosa que admitimos es un familiar suyo al que solemos llamar indignación, pero que en realidad es de la casta de la envidia; lo que ocurre cuando alguien no puede soportar el bien de otro y entonces lo atribuye a que el otro ha desarrollado malas artes para tenerlo. Por lo demás, es un sentimiento corrientísimo, se puede advertir en los niños muy pequeños y es un tormento. Lo dijeron los renacentistas: ‘La envidia es un tormento que no lo padecen peor los diablos’.

-¿La igualdad es algo más que el hombre sea amo de casa, o por ahí se empieza? 

-Estamos hablando de ciudadanía o de sexismo. La igualdad es la condición política de la democracia. Si estamos hablando de igualdad entre los sexos quiere decirse que ninguno puede exceder a otro. Y que por supuesto las mujeres no tienen especial relación ni con la colada ni con la cocina, la tenemos todos.

-¿Qué es el feminismo? 

-Es una de las fuertes tradiciones políticas de la modernidad, nacida en el siglo XVII dentro del contexto racionalista.

-¿Se ha politizado el feminismo? 

-El feminismo siempre es una agenda política, no es que se politice. Y es una agenda política puesto que lo tienen que resolver en su mayor parte leyes del Estado.

-¿Pero con el feminismo se está haciendo demagogia por parte de los políticos en este país? 

-Si quiere decir que la palabra feminismo, en perfecta ausencia de contenido, puede estar siendo utilizada como un señuelo para atrapar tontos, pues mire usted, es que los señuelos siempre los usan los demagogos.

-¿El sexo se puede elegir? 

-No. Es del todo punto imposible.

-Habermas decía que la moral es una teoría que vamos haciendo entre todos y que nadie puede reclamar para sí solo.

-Habermas expone la pragmática de la acción comunicativa, que supone que el diálogo es la condición sine qua non para establecer los contenidos morales.

-¿Qué pasó cuando murió Franco? 

-Pregúnteselo a su familia.

-¿Usted se siente una exponente del feminismo en España? 

-Soy una referente para casi todo el feminismo en lengua española, lo cual implica a España y a Hispanoamérica y en algún otro país cuya lengua no es la española. 

-¿Qué puntos tiene que cumplir la Agenda Feminista? 

-La Agenda Feminista está abierta por páginas muy diferentes en cada lugar de este planeta. La agenda en India no es la misma que la agenda en Canadá ni ésta es la misma que en un país africano como Liberia. Existe siempre radicada en un tiempo y un lugar determinado. Si estamos hablando de las sociedades abiertas, como es nuestro caso, podemos decir que la agenda feminista pasa fundamentalmente por la paridad. La agenda de la violencia por descontado, la de la prostitución, la de la pornografía. La agenda de la educación no está completa y la de la paridad está sin cumplir en todos los ámbitos de poder importantes, excluido el político.

-¿Y por qué en el político? 

-Porque en ese ámbito la agenda de la paridad está relativamente admitida, pero no lo está en el ámbito del saber, no lo está en el económico y empresarial, en el de la creatividad, en el religioso, deportivo... hay muchos ámbitos de poder en los que la agenda de la paridad apenas está en sus inicios.