Si hay una fecha que supuso un punto de inflexión para Cáceres tal y como se conoce ahora es el 25 de noviembre de 1986. Esa jornada ha sido recordada año tras año por generaciones de cacereños porque supuso que la ciudad entrara a formar parte de la reconocida lista de la Unesco. Ya antes el casco histórico, buque insignia de la capital, se enmarcaba entre los mejores conservados de Europa pero este nombramiento puso el foco en la necesidad de conservarlo y de respetarlo para el futuro. 

Aquel día perdura en el recuerdo de muchos aún y sobrevive bajo un cúmulo de anécdotas. Perdura también en las hemerotecas, las que mejor documentan lo que fue, tal y como siempre defiende el cronista Fernando Jiménez Berrocal. Precisamente la del diario decano fue pionera porque la redacción de El Periódico Extremadura fue la primera en hacerse eco de la noticia. Así lo hizo constar en su portada especial del 26 de noviembre de 1986, en la que precisaba que el anuncio de que Cáceres ya ostentaba su nuevo y gran título se hizo a las 12.30 horas. «La candidatura de la ciudad fue defendida por el profesor de la Universidad de París Sorbona Léon Pressouyre y fue aceptada por unanimidad por los miembros del comité», reza la portada.

Portada del 26 de noviembre del 86. EL PERIÓDICO

Esta declaración suponía una indicación de la Unesco al gobierno nacional para que se protegieran los bienes de la almendra histórica. De hecho, según exponía el texto, tras el nombramiento el Ministerio de Cultura notificó a la alcaldía, entonces presidida por Juan Iglesias Marcelo, que invertiría ya una partida en los presupuestos del año siguiente para este fin. Quince minutos después del anuncio, el alcalde declaró al Extremadura que la noticia era «un hito para la historia de la ciudad». La corporación municipal con Marcelino Cardalliaguet, José María Saponi, José Blanco y Antonio Sánchez Buenadicha, entre otros, manifestaron su satisfacción y aplaudieron el nombramiento. «Es un acontecimiento irrepetible, una fecha memorable, un homenaje a todos los cacereños», destacó Buenadicha en sus declaraciones. 

Tras las valoraciones, la ciudad celebró durante días, con fuegos artificiales en la plaza y conciertos. De la misma forma, ha repetido la celebración en los siguientes diez años, los quince, los veinte, los veinticinco y los treinta. Sellos, reuniones de las corporaciones que habían participado en la comisión de nombramiento y los gobierno venideros, actuaciones musicales y más fuegos artificiales han marcado las décadas en las que la ciudad ha ostentado el título de ciudad Patrimonio de la Humanidad. 

De nuevo, con la conmemoración de aquella fecha, el ayuntamiento ahora encabezado por Luis Salaya ha diseñado una programación para recordar la declaración. En palabras a los medios, el alcalde detalló que «quienes hoy tenemos la responsabilidad de representar a esta ciudad somos una generación distinta de la que logró muchos hitos, pero tan comprometida como ellos» e incidió en que este aniversario es para «estar contentos y orgullosos». Recalcó que el título entraña una «responsabilidad histórica» sobre el casco histórico y eso se traduce también «en un enorme esfuerzo inversor para mantenerlo», concluyó.