No he consultado los datos, pero seguro que ya estamos entre las diócesis españolas que llevamos más tiempo sin obispo, se van a cumplir dos años desde el nombramiento a otra del anterior. Sabíamos que no vendría pronto, pero tanto no nos lo esperábamos. 

Además de ser un buen consejo psicológico, hay una reflexión espiritual, que nos anima a aprender siempre de lo que nos pasa, añadiendo que Dios nos quiere decir algo a través de los acontecimientos que puedan sucedernos. Por eso, se me ocurre preguntarme y ¿qué es lo que nos querrá decir el altísimo con esta situación?, me imagino que no nos basta con decir únicamente que lo que tenemos que hacer es rezar mas y mejor, porque si esto fuere así, los primeros cristianos todavía estarían haciéndolo, a la hora de decidir si había que admitir a los gentiles o no. Quiero decir que hay que tomar decisiones, hay que decidir sobre los asuntos problemáticos, y tenemos que hacerlo todos, pero los responsables mas, tienen que hacer algo, esto no puede ser, las razones ya las hemos expuesto a lo largo de todo este tiempo. 

Alguien tiene que plantear nuevos caminos, nuevas maneras, lo de hasta ahora está claro que no vale, lo de siempre no es la solución para nada. Si ya casi llevamos dos años con un administrador diocesano (que no puede administrar casi nada), por qué después de las consultas necesarias (pero más breves, por favor) ¿no puede continuar ya como titular? Ventajas: ya nos conoce, sabe lo que hay, sabe donde se sitúa cada uno… puede ponerse ya manos a la obra; el que venga, necesitará otro año para situarse, y lo que vaya conociendo, será por lo que le digan otros. 

Se me ocurre esto por decir algo, (es verdad la idea ya se ha insinuada por otras personas), pero lo no que puede ser es continuar en este estado de casi anomia total. Por otro lado, parece que al virus, le cuesta despedirse. Un compañero me contaba que fue al mercado de las tres culturas, pasó un mal rato, porque comenzó a agobiarse y no podía salir de allí por la aglomeración de personas. Se están tomando nuevas medidas, tendremos que recibir una nueva dosis, ¡adelante con ella!. 

Y de la Extremadura vaciada ¿qué?, parece que el tren a Madrid llegará en el 2.030. Qué vergüenza para todos, pero sobre todo para algunos. ¡Arriba el ánimo! Las navidades están aquí.