«Desde la pandemia, los vendedores ambulantes vivimos siempre en ‘black friday’, es decir, en ‘viernes negro’, pero en sentido literal», confiesa Julián Cruz, presidente de la Asociación de Comerciantes Autónomos de Extremadura (Acaex), que engloba a medio millar de profesionales del gremio. Y ello porque el auge de la venta on line provocado por la pandemia ha menoscabado seriamente las ventas físicas, y también porque la economía sigue maltrecha por los efectos del virus.

Resulta paradójico, ya que la venta ambulante fue el primer ‘amazon’ que llevó de todo a todos los rincones, y representa la forma de comercio más sana al aire libre. «Pero últimamente la gente va a los mercadillos prácticamente a pasear y a coger si acaso alguna oferta», comenta Julián Cruz. «Hasta Zara ha dejado los centros de Badajoz y Cáceres, y se ha instalado solo en los centros comerciales», advierte. Internet «ha sido un palo» para el comercio de toda la vida, por eso hasta los mismos ambulantes se están poniendo al día. «Muchos ya tenemos Bizum y tarjetero, y estamos metiéndonos en la venta on line», revela.

Razones de sobra para que estos comerciantes aboguen por unos mercadillos bien situados y dotados, que inviten al público a pasar un rato agradable. «Y Cáceres ya necesita un mercado franco en condiciones, porque el de Vegas del Mocho es denigrante, tercermundista… Cuando hace calor se convierte en un hoyo insoportable, cuando llueve nos corre el agua… Todas las capitales tienen buenos mercados para sus ciudadanos y sus turistas, con limpieza exquisita y vigilancia policial», recuerda Julián Cruz.

No obstante, el presidente de Acaex se muestra satisfecho por el compromiso de la concejala del área, Mª Ángeles Costa, de que el cambio llegará pronto. Además está contando con el colectivo para estudiar el traslado. La propia edil así lo afirma: «Nos hubiera gustado ir más rápido pero la pandemia ha ralentizado todo. Sabemos que es necesario cambiar el mercadillo y agradecemos a los vendedores la paciencia que están mostrando».

Aunque la última ubicación que se barajó fue Casa Plata, el ayuntamiento podría estar tramitando otro espacio. «Ya trabajamos en la ordenación urbanística. Queremos que sea un emplazamiento definitivo, accesible, no molesto y con ciertos servicios a disposición de los vendedores, porque realmente merecen un buen mercado por cómo trabajan y por cómo han asumido las dificultades durante la pandemia, pese a todo lo que se jugaban», elogia la concejala.