Artesanal y a mano. Se va fraguando como los buenos vinos que llenan su bodega y como los suculentos platos que salen a diario de sus fogones. Así se cuece el que será el hotel más caro y exclusivo de España que abrirán esta primavera Jose Polo y Toño Pérez, los dueños de Atrio. Se tata del Palacio de los Paredes-Saavedra, cuyo interior ya dibuja ese establecimiento de lujo con 11 suites repartidas en sus imponentes 1.500 metros.

Jose Polo prevé que el nuevo establecimiento de Atrio esté en primavera. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Este histórico inmueble ubicado entre la plaza de San Mateo y la puerta de Mérida, se construyó en los siglos XV y XVI. El edificio presenta diferentes estilos arquitectónicos, mudéjar y gótico. En la fachada, que se conservará, destacan el esgrafiado que luce en una de las ventanas laterales y los escudos de las familias Paredes-Saavedra y Paredes-Golfín. Además, los promotores han rehabilitado la torre que mandó desmochar Isabel la Católica y que le ha dado mayor prestancia a la zona donde se ubica: la ciudad monumental.

Uno de los operarios en plena tarea de carpintería, ayer. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Aquí no habrá dobles superiores, porque todas las habitaciones son superiores. Las más pequeñas tienen 60 metros, disponen de dos duchas con cabinas en roble macizo, bañeras de mármol al precio de 30.000 euros y grifos valorados en 2.000 los más baratos. Allí asoman las bóvedas del zaguán del siglo XIV, magníficas en construcción, sus arcos y puertas que serán decoradas con mármoles, granitos y espejos por el artista portugués José Pedro Croft, asesorados por el director del Museo de Arte Reina Sofía, Manuel Borja.

Interior de una de las habitaciones. SILVIA SANCHEZ FERNÁNDEZ

La casa recobrará su nobleza y dignidad gracias al proyecto de Emilio Tuñón y Carlos Martínez Albornoz y la empresa Placonsa, con albañiles que están haciendo su trabajo con un mimo excepcional. «No tenemos prisa porque lo importante es que quede bien. Todo se está haciendo a mano, la carpintería, la pintura, el solado, las bodegas...», explicaba ayer Jose Polo. «No es una obra cualquiera, son miles de detalles», añadía. «Ahora estamos viendo muebles y ropa de cama. La mayoría vienen de fábricas danesas o alemanas. Ofrecen piezas de mucha calidad, conocen la madera, la secan, son absolutamente sostenibles; por cada árbol que talan siembran tres».

Exterior del palacio de los Paredes-Saavedra. SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

Concluida ya la obra civil, ahora toca hacer los retoques, que se acometen de manera primorosa. El trabajo se centra en la carpintería, puesto que todo va forrado en madera: techos, puertas, paredes, excepto el suelo. «Va a quedar precioso», avanza Polo.

El palacio consta de 13 bóvedas. La de la entrada va al aire, el resto (las de las habitaciones) cuentan con sistemas contra incendios e iluminación y van forradas con tablillas de madera blanca en un estilo que recuerda a Brunelleschi y que se pueden ver en algunas iglesias de Portugal y en los países nórdicos. Esas bóvedas, de gran calidad y estética, se adornan con las maderas lacadas y preparadas con cinco manos de pintura diluida para que se vea la veta del roble. «Se trata de tablas de 4 o 5 centímetros perfectamente ensambladas unas con otra y que deben cortarse con gran precisión».

Todo esto convertirá Casa Paredes en el gran referente de Cáceres. Por cierto, recuperará la vajilla de Cartier, adquirida en los comienzos de Atrio; por algo cada plato pequeño costó 16.000 pesetas y cada grande, 40.000. 

Sigue la investigación del robo

El pasado mes de octubre un robo millonario en la bodega del hotel Atrio sorprendía a la opinión pública. Los ladrones lograron llevarse del interior de la misma 45 botellas de vino que eran 45 joyas, entre ellas se encontraba un Chateau d’Yquem de 1806 valorado en 310.000 euros. La brigada especializada en robos del Cuerpo Nacional de Policía se ocupa del caso, tanto desde Cáceres como desde Madrid. El propio jefe de la brigada cacereña, Pedro Gamero, explicó a este diario que la investigación continúa y que cuando hubiera algún dato esclarecedor se daría a conocer. «De las botellas no hay novedad, aquí seguimos», dijo ayer Jose Polo. Una hipótesis que se baraja es que el robo pudiera haber estado promovido por una banda internacional y que las botellas se las llevaran envueltas en toallas.