El casco histórico de Cáceres va a entrar en una fase de mucho andamio y obras por doquier. Ya venía ocurriendo, pero se acentuará. Varios proyectos coincidentes en el tiempo van a permitir dos hitos importantes en la historia reciente de la ciudad: que todos los edificios con catalogación histórica (palacios y casas fuertes) tengan actividad, y que la muralla, que tantos lamentos ha supuesto por su grave estado de conservación, haya logrado desde 2018 fondos asegurados para restaurar más de la mitad de su parte visible, en tres fases que irán prácticamente encadenadas.

Dos hoteles, tres museos, un centro universitario, reformas en dos conventos, un centro gastronómico, varias torres y lienzos de muralla, el pavimento del adarve... Todas estas actuaciones se encuentran actualmente en ejecución o en proyecto. Y hay que reconocer que el fuerte empuje al patrimonio cacereño es posible gracias al esfuerzo sucesivo de los equipos de gobierno del ayuntamiento, ya que al menos los políticos coinciden en hacer de la parte antigua una prioridad a la hora de proyectar reformas y luchar por fondos estatales. De ahí la concatenación de obras.

«Inyecciones de distintas instituciones públicas, proyectos de fundaciones que están haciendo una gran labor en Cáceres, apuestas empresariales que ven un buen futuro en la ciudad... Todo ello contribuye a que tengamos un casco histórico vivo, que respira cada día, que se conserva para el futuro... Estas inversiones no vienen a echar a nadie, sino a sumar, a hacer aún más singular el Tercer Conjunto Monumental de Europa, que se revitaliza de una manera extraordinaria en los últimos años», destaca el concejal responsable de Patrimonio, José Ramón Bello.

Ningún coloso vacío 

Sólo en la última década se han abierto al público diversos recintos, como el extraordinario palacio de Los Golfines de Abajo (el mayor de intramuros y el único con el escudo de los Reyes Católicos, que pernoctaron en su interior), la torre de las Cigüeñas (la más alta de la ciudad), el Oratorio de Enfermería San Pedro de Alcántara (un espacio barroco de gran valía que ya puede conocerse en ciertos cultos religiosos), la torre del Horno o la casa de los Vargas-Figueroa, en el corazón intramuros, convertida en el nuevo complejo gastronómico Casa del Sol (albergue incluido) y en un espacio social y cultural con un centro de interpretación sobre el archivo de los Ovando y sobre la labor de la Congregación de Misioneros de la Preciosa Sangre.

Ahora, varias actuaciones permitirán dar uso a los inmuebles históricos que aún permanecían cerrados. El palacio de Godoy (siglo XVI), de dimensiones extraordinarias, será un Hilton de cinco estrellas en el que la promotora Scipión Perú invertirá 13 millones de euros. Albergará 72 habitaciones, un restaurante de alto nivel, una gran cafetería en los jardines históricos del palacio (800 m²), una piscina cubierta y un centro de convenciones. Tendrá un total de 5.800 m² construidos y creará 150 empleos. «Acabamos de recibir noticias del inicio de los trabajos arqueológicos y geotécnicos. Es lo mejor que le puede pasar a un gran edificio de este tipo, que acumula patologías cuando no está en uso y se convierte en un serio problema», explica José Ramón Bello, que agradece a Scipión Perú el esfuerzo inversor.

La apertura del hotel se hará posible a través de un protocolo a 10 años firmado con la Junta de Extremadura, titular del palacio. Será el tercer 5 estrellas de Cáceres junto con Hospes Palacio de Arenales&Spa, y Atrio Restaurante Hotel Relais&Chateaux.

De hecho, Atrio también ultima en el centro del casco histórico el hotel más exclusivo de Cáceres, situado muy cerca de su actual edificio. Se trata del palacio de los Paredes Saavedra, de los siglos XIV-XV-XVI. Los propietarios, José Polo y Toño Pérez, han decidido rehabilitarlo con todo lujo de detalles y prevén abrirlo la próxima primavera. El proyecto, del estudio Tuñón-Albornoz, acometido al detalle por Placonsa, distribuye los 1.500 m² del palacio en once suites con superficies de entre 60 m² y 120 m². En su interior habrá baños de más de 20 m². Las duchas y los inodoros ocuparán cabinas de roble macizo. Hasta los inodoros serán de última generación con agua caliente y un proceso de desinfección completo. Las bañeras irán todas en mármol con los exclusivos grifos de la firma Vola.

«Tenemos que agradecer ese cariño y predicamento que Toño Pérez y José Polo sienten por la ciudad. Están poniendo lo mejor de ellos y de su patrimonio para hacer aún más singular nuestro casco histórico» destaca el concejal José Ramón Bello.

Por cierto que ambos empresarios también han adquirido la antigua sede de la Demarcación de Carreteras, frente a los Golfines de Abajo, por 1,2 millones de euros. No es un edificio histórico, sino levantado en 1962, pero incluye una portada barroca y tres escudos del siglo XVI, provenientes del seminario de Galarza, y tiene protección ambiental singular, lo que obliga a respetar las fachadas, el volumen y las cubiertas. En un principio se habló de crear un complejo con baños árabes, un gimnasio, espacio de eventos y restaurante en la última planta, pero los propietarios no han vuelto a pronunciarse sobre estas posibilidades, enfrascados como se encuentran ahora en los remates del Paredes-Saavedra.

Otra delicia histórica que estará operativa será la casa Pereros (siglos XV-XVI). Los trabajos que ha acometido la Diputación Provincial de Cáceres ya han finalizado y el próximo curso 2022/2023 reabrirá sus puertas como Centro de Estudios Internacional Presidenta Charo Cordero. Además de colegio mayor, será residencia de turismo idiomático y de intercambios universitarios, así como centro cultural y referente en innovación tecnológica. La obra ha supuesto una inversión de 4 millones de euros. La mesa de contratación de la institución provincial adjudicó en noviembre su puesta en marcha y gestión por 20 años a la sociedad Asoma Valverde de Leganés, un trámite que se hará efectivo estos días.

Imagen del claustro interior de la casa Pereros. CEDIDA

Aunque extramuros, hay otros dos edificios históricos pendientes de su futuro. El Museo Municipal de Cáceres, situado en un inmueble del siglo XVIII conocido como Casa Mirón (plaza de Publio Hurtado), ha sido reformado con una partida de 160.000 euros pero sigue pendiente de su reapertura. En cuanto al Palacio de los Duques de Abrantes (siglo XVI), declarado monumento histórico-artístico, fue vendido por la congregación religiosa Hijas de Cristo Rey a empresarios cacereños. Según el concejal de Patrimonio, José Ramón Bello, «podríamos conocer su puesta en valor en poco tiempo. Nos consta que se está trabajando en el proyecto, que hay mucho interés», desvela.

Actuaciones en tres museos

Este maratón de actuaciones incluye otras tres de gran relevancia en museos cacereños situados dentro o junto al casco histórico. La primera consiste en la construcción de un nuevo recinto. Tras el verano, el pleno municipal aprobó la cesión a la Junta del antiguo colegio El Madruelo (en Tenerías), que se demolerá para construir un Museo de la Música con una inversión de más de 7 millones de euros. Albergará una de las colecciones de instrumentos etnológicos más importantes del mundo, además de piezas en cerámica española. La Fundación La Fontana ha elegido Cáceres para exponer este patrimonio. «Madruelo se convertirá en otra gran oportunidad de cara a la cultura y al turismo», afirma Bello,

Asimismo, el Museo Helga de Alvear se completará con un nuevo edificio de vanguardia para acoger la zona de oficinas y almacenes, diseñado por el estudio Tuñón-Albornoz. Ya tiene licencia municipal. Permitirá reunir en Cáceres todas las obras de la galerista alemana, cuyos fondos ya reciben visitas de medio mundo.

Pero la obra más exigente se llevará a cabo en el Museo de Cáceres. Lleva 25 años esperando a que el Gobierno ultime los trámites de su reforma y por fin ha obtenido en 2021 la licencia municipal. Precisa mejoras urgentes en cubierta, climatización, accesibilidad, evacuación y métodos expositivos para hacer las visitas más comprensibles, divertidas y didácticas. Necesitará unos 8 millones de euros y treinta meses de trabajos a fin de poner a punto la casa de los Caballos y el palacio de las Veletas (ambos representativos del siglo XVI).

La muralla por fin se salva

En 2018, la muralla de Cáceres sufría graves amenazas, muy serias, pese a ser uno de los recintos almohades más sobresalientes del país. En 2021 ya están listas o en proyecto tres fases consecutivas para restaurar y garantizar el futuro de más de la mitad de trazado visible de esta fortaleza, levantada en el siglo XII con una veintena de torres y con los elementos defensivos más avanzados de la época. Es un paso de gigante, porque la muralla nunca se había visto sometida a una consolidación de este tipo. Al contrario: en siglos pasados se dio vía libre a utilizar sus piedras y muros para levantar nuevas construcciones. Tres inyecciones consecutivas del Gobierno central, que suman 3,1 millones, están dado alas a su recuperación.

Vista de la muralla de Cáceres, concretamente del tramo en el actuará la fase 3. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

 La primera inversión llegó en enero de 2018. Un total de 700.000 euros aportados por los ministerios de Fomento y Cultura, a los que se sumó una cofinanciación de 300.000 euros del Ayuntamiento de Cáceres, han permitido restaurar el sector sureste, el alzado más visible de la muralla y también el peor conservado, que incluye elementos de gran interés: Arco del Cristo, torre del Río, Baluarte de los Pozos, torre de los Aljibes, cubo del Olivar de la Judería y torre de la calle Hernando Pizarro. Un remanente ha posibilitado además iniciar el vaciado del baluarte (relleno con escombros desde el siglo XVIII), cuya presión había abierto una enorme grieta que amenazaba seriamente la estructura. «Los cacereños podemos sacar pecho de los resultados de esta obra, realizada con mucho criterio, cariño y profesionalidad», destaca el edil.

A finales del pasado año, el Gobierno dio luz verde a 850.150 euros para la segunda fase de la restauración de la muralla cacereña, que se completarán con 364.350 euros del ayuntamiento. Comprenderá otro tramo urgente que alberga dos torres excepcionales, Aver y Redonda, perfectos modelos de cómo construyeron los árabes su fortaleza, porque apenas han tenido intervenciones. Incluye también un cubo adosado o torre de flanqueo y un trozo de barbacana o primer muro defensivo, además de sus respectivos lienzos. «Desde el ayuntamiento estamos trabajando muy intensamente con el equipo encargado de la redacción del proyecto (la UTE Bestué-Cañones-Carmona-Panta) y con los técnicos de la Comisión Provincial de Patrimonio y la Junta de Extremadura, para acabar de esbozarlo. Queremos sacar la obra a licitación en el primer trimestre de 2022, y a ser posible iniciarla en la segunda mitad del año», calcula José Ramón Bello.

La tercera fase también está garantizada. El BOE publicó el pasado 8 de diciembre una partida de 3 millones de euros del Gobierno a Cáceres con cargo al Plan de Recuperación y Resiliencia. De ellos, 1,6 se destinarán a un nuevo tramo, entre la torre de Bujaco y la torre del Horno, para abrir al público si es posible la torre de la Yerba y hacer transitable otro tramo de cinco metros de la propia muralla. «Sabemos el dónde, ahora estudiamos cómo trazar el proyecto», revela el edil. El resto del dinero se destinará a otras mejoras: una importante actuación para reformar todo el conjunto arqueológico en torno de las cisterna de San Roque, o el cambio del pavimento y la iluminación del adarve occidental, además de completar el vaciado del Baluarte de los Pozos.

Centro gastronómico

El inmueble municipal que ocupa el número 3 de la calle Tiendas, frente a Santa María, con al menos dos siglos de historia en pleno corazón monumental, albergará en su último piso la sede de la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura (Acocyrex), que pretende crear un centro gastronómico de unos 300 m² con biblioteca, sala de catas y cocina demo (cursos, presentaciones...). El presidente, César Ráez, ha explicado que acaban de reunirse con la constructora Abreu para acondicionar una primera estancia donde abrir la propia sede y un espacio de documentación. El resto se hará a medida que exista disponibilidad de fondos. También está ya en obras el ascensor que da accesibilidad a todo el edificio.

Jerónimas: una obra insólita

Otro edificio en el que se intervendrá, y muy sustancialmente, será la fachada de la Enfermería de San Antonio de Padua (actual Convento de las Jerónimas). El proyecto permitirá rescatar el pigmento original del siglo XVIII, una arquitectura fingida por medio de la pintura, a modo de trampantojo, que simula pilares, sillares y un zócalo esgrafiado en su parte inferior, que apoya sobre un zócalo auténtico también a base de sillares.

"La Asociación de Cocineros iniciará su obra en Tiendas y las Jerónimas sólo está pendiente de adjudicarse"

El Consorcio Cáceres Ciudad Histórica lo hará posible con un presupuesto de 81.000 €. En estos momentos se procede a la adjudicación de la obra (finalizado el plazo, se ha presentado una oferta). «Se trata de un trabajo muy peculiar porque nos va a permitir conocer cómo era de verdad la parte antigua, cómo era la auténtica fisonomía de esas fachadas», recuerda el concejal.

Pequeños grandes cambios

A estas actuaciones de mayor calado se están uniendo otras de menor presupuesto pero que contribuyen a mejorar la imagen del casco histórico, como la renovación del pavimento del callejón de Don Álvaro, transitado por primera vez por muchos ciudadanos a raíz de esta intervención; la rehabilitación y apertura de Fuente Concejo y de la Cisterna de San Roque; la recuperación de las fuentes de la Concepción, San Jorge, San Pablo y la Judería; la creación de nuevos surtidores en Santa Clara, el Socorro y Foro de los Balbos; o la instalación de una señalización muy singular para el Museo Helga de Alvear.