A un día de la reunión de mediación en la que se decidirá finalmente si los empleados de la hostelería hacen una huelga desde las seis de la tarde del 31 de diciembre a las seis de la mañana del 1 de enero, la patronal ha echado mano esta mañana de las vicisitudes que atraviesa el gremio para defender que el paro no está justificado. "La huelga la tendríamos que hacer antes los empresarios que los trabajadores", ha aseverado uno de los representantes de los empresarios, César Martín Clemente, en una comparecencia en la que también han estado presentes el presidente de la Federación Empresarial Cacereña, Pedro Rosado, y el director del hotel Extremadura, Alejandro Picardo.

Rosado ha explicado que el sector ha pasado prácticamente un año y medio cerrado o con la oportunidad de servir solo en terraza, reduciendo aforos y con el mundo de la noche pasando serias dificultades. El representante de los empresarios ha recordado que en ese contexto se inició la negociación del convenio, se subió, "pese a estar cerrados", un 2% el incremento salarial y un 2,5% el incremento de poder adquisitivo registrando así, "el mayor de toda la historia".

Rosado ha insistido igualmente en que para "mantener la pervivencia de las empresas ha habido que recurrir a los préstamos ICO, un dinero que ahora se deberá devolver, y ha asegurado que "las patronales no tienen la vergüenza de pagar una subida salarial con carácter retroactivo porque las empresas tendrían que estar cerradas".

Los empresarios han dicho que las ayudas no llegan y son muy escasas. En este sentido, han subrayado que han llegado a ofrecer el 2% del incremento salarial para el 2022 "y los sindicatos dicen que es muy poco". Rosado ha mostrado su negativa a que la subida sea del 5,5% y ha comentado que puede haber alguna contrapartida como incremento del tiempo de trabajo, flexibilidad o incremento de la calidad.

Respecto al incremento de las categorías, en el apartado donde los sindicatos afean que un auxiliar de camarero haga funciones de camarero y no se le reconozca, Rosado ha puntualizado: "El que sea ayudante de camarero y a los dos años pase a ser camarero, no hay inconveniente siempre y cuando ese camarero demuestre un incremento de la calidad de su servicio, pero aceptarlo en dos años equivale a que gente que no haya hecho nada por mejorar en su profesión lo tengamos que admitir".

En este sentido, Rosado ha sentenciado que las tablas salariales son claras, y que no puede cobrar lo mismo el empleado de un hotel de 1 estrella que el de 5 "porque las exigencias en calidad y formación no son las mismas. No podemos incrementar en un 14% el salario de un camarero de un bar pequeño de la provincia de Cáceres aunque sí estamos de acuerdo en una equiparación salarial en la parte baja".

La patronal también ha mostrado su negativa a incrementar 15 euros por cada festivo que se trabaja. "Es de sentido común que la hostelería trabaja en festivo porque son los días de más clientela, pero o cerramos los festivos o se hace otro incremento salarial".

"Entendemos -apostilla Rosado- que lo que pretenden las organizaciones sindicales es hacer una huelga contra los propios trabajadores y contra las empresas que están sufriendo". A su entender, plantear una huelga de seis de la tarde a seis de la mañana afectará solo a los hoteles, a los lugares que celebren cotillones y a los bares de la noche, los más castigados por la pandemia.

Para la patronal, "si realmente esa es la perspectiva será difícil llegar a un acuerdo", aunque confía en que finalmente se llegue a un buen entendimiento "porque no es el año para hacer grandes reivindicaciones salariales".

Por su parte, Alejandro Picardo, ha apuntado la Navidad es el último golpe de trabajo que se tiene hasta marzo, pero con un escenario duro ya que las comidas de empresa han bajado al 50%, que la Nochevieja va por el mismo camino y que los almuerzos de Reyes, que eran un clásico en Cáceres están al 10%. "La temporada navideña está siendo un desastre, es verdad que hemos tenido un verano récord, pero es verdad que no ha compensado las pérdidas que llevamos arrastrando desde el inicio de la pandemia".

Por su parte, César Martín Clemente, se ha referido a los fondos ICO y a que su devolución implicará que muchos empresarios "tendrán que hipotecar sus bienes y amortizar su deuda y si a eso le unimos aceptar las subidas que pretenden los sindicatos esto será un caos, una ruina más que absoluta".

Clemente ha insistido "en una posición de diálogo con los trabajadores pero coherente con al situación que tenemos. La mediación es mañana por la mañana (está prevista a las 10 en la Inspección de Trabajo) y si no llegamos a un acuerdo, no pasa nada, peor no vamos a estar. Nuestra misión es la del diálogo, defendiendo a las empresas y los puestos de trabajo".

César Martín ha ejemplificado ante sus argumentos, que un trabajador le cuesta al empresario una media de 2.000 euros al mes y ha retado a comparar la nómina de un empresario con la de un trabajador. "La situación es muy difícil, complicada y dramática".

Han reiterado además que el de la hostelería no es el gremio de mayor precariedad, que los trabajadores reciben un plus si trabajando en festivo exceden las horas de su jornada laboral.

Finalmente, han recordado que a la mediación se llega sin presiones, que el Estatuto de los Trabajadores dice que en el periodo de esa mediación no se pueden convocar huelgas, y que los empresarios (aunque de momento no es su intención) estarían en su derecho de denunciarlo. No obstante, han reiterado que tienen la intención de llegar a un acuerdo. De la decisión de ambas partes dependen 10.000 trabajadores y 3.500 empresas de la provincia de Cáceres.