Hay personas que pasan por la vida dejando una huella profunda. Y eso hizo Emilio Rodríguez Santano en el mundo cofrade cacereño, especialmente en la Santa y Vera Cruz, hermandad a la que se sumó en el año 1947 y por la que trabajó incansablemente para que todas sus imágenes y toda la logística de sus procesiones en Jueves Santo estuvieran siempre a punto. "Era incansable, no paraba durante el año, siempre estaba pendiente del mantenimiento del patrimonio de la cofradía", recordaban ayer miembros de la directiva, a la que pertenecía como hermano mayor.

De hecho, la Vera Cruz atesora pasos especialmente simbólicos y populares del Jueves Santo cacereño, desde la 'Oración en el Huerto' hasta 'El Amarrado', 'El Beso de Judas' o 'La Dolorosa de la Cruz', y Emilio Rodríguez Santano se preocupaba de su conservación y montaje. De hecho, era muy querido por los cofrades, que siempre esperaban sus instrucciones en las jornadas de preparación de los pasos, donde se mostraba diligente y no escatimaba esfuerzos, siempre con buen talante. Además, perteneció al Nazareno, donde también ejerció algunas labores de responsabilidad.

Tras su muerte, acaecida a raíz de una larga enfermedad, su cuerpo ha sido velado junto al estandarte de su querida hermandad y una vara de directivo, ambos símbolos con crespón negro. El funeral será este sábado, 8 de enero, a las 11.00 horas en la iglesia de San Mateo.