El equipo de gobierno municipal defendió ayer sus políticas para evitar la emigración de los jóvenes de edades comprendidas entre 16 y 29 años, asegurando que desde 2019 la ciudad ha perdido 33 ciudadanos de esta franja (un -0,22%), frente a los 3.085 que se marcharon entre 2011-2019 (-17,12%). El alcalde, Luis Salaya, dijo, además, que desde que gobierna el PSOE se ha incrementado la afiliación un 15%, con un aumento de 132 jóvenes empleados, de modo que a diciembre de 2021, los datos indican que hay 3.169 personas de este rango de edad con ocupaciones en el municipio, el mayor volumen desde el año 2014. Sin embargo, los socialistas sostienen que durante el mandato de los populares, la destrucción de la afiliación entre este colectivo llegó al 19,43%, ya que 259 salieron del mercado laboral.

Respecto al paro registrado, el número de jóvenes desempleados en diciembre de 2021, en la capital cacereña, se sitúa en 1.310. Se trata de las cifras más bajas desde julio de 2007, puesto que ha reducido en un año, un 32,44% (629 menos). De los 1.753 parados que ha perdido la ciudad en 2021, el 36% (más de 1 de cada 3) tenían menos de 30 años. En cambio, durante las legislaturas del PP (desde 2011), a pesar de acortarse el desempleo juvenil en 1.306 personas, sin embargo en 2012 se contabilizó el dato de desocupados más alto en la localidad de toda la serie histórica, que se inició en 1996 con 3.047 desocupados de este rango de edades. 

Así, desde el 2019, el paro juvenil se ha disminuido en 231 (-15%) y el total de ellos sin trabajo es de 599 (-7%). Esto quiere decir que casi 4 de cada 10 desempleados que en Cáceres eran jóvenes han mejorado sus condiciones.

Y es que hay jóvenes que sí apuestan por vivir aquí, el sitio que les vio nacer y crecer, son palpables en muchas de sus historias. «A día de hoy tengo un trabajo que me encanta, con unas buenas condiciones, por ello no me planteo irme. Trabajar en Cáceres era mi sueño», comenta Andrés Cano Ceballos, uno de los cocineros del restaurante Albalat. «No me arrepiento de no haberme ido», narra el chef, que para él fue un reto apasionante. Venía de la Escuela de Hostelería. Apuntaba maneras. Pero aprender entre los fogones de esta casa era dar un paso más, una motivación para dedicarse al arte de la cocina. «Me sentí muy cómodo desde el primer día, he aprendido bastante del maestro Manuel Espada y de todos, aunque estuviera de prácticas me hicieron sentir como uno más... somos una gran familia y ya llevó con ellos casi cuatro años», señala.

María Román: «Estoy muy feliz de emprender en una ciudad como esta, me encuentro con infinitas ganas» SILVIA SÁNCHEZ FERNÁNDEZ

María Román es técnico superior en Patronaje y Moda. Recientemente ha abierto junto a su compañera y amiga María Ángeles Manzano, Frenzy (una tienda de ropa femenina). «Ambas somos de Torreorgaz. Estamos muy felices de emprender en una ciudad como Cáceres, nos encontramos con infinitas ganas de que todo salga genial», resalta Román a este periódico.

Raúl Fernández: «Tengo una estabilidad laboral que por desgracia otros trabajadores no encuentran» EL PERIÓDICO

«Tengo una estabilidad laboral que por desgracia otros trabajadores no encuentran en la localidad. Me siento muy valorado y eso es algo muy importante», cuenta por su parte Raúl Fernández, entrenador deportivo en el gimnasio Altafit. «Somos sinónimo de salud, un sitio divertido, en el que practicar deporte. Asimismo, hay un ambiente relajado y es asequible para desconectar», finaliza. Todos ellos un ejemplo de que Cáceres también abre puertas a los jóvenes.