El bar Los Ángeles abrió sus puertas en diciembre de 2021 para traer una materia prima de calidad a un versátil establecimiento ubicado en la céntrica calle Antonio Silva, en Cáceres. Destaca por sus desayunos, aperitivos y raciones; una carta donde buscan siempre tener lo mejor. Abren temprano para servir gigantescas tostadas con jamón y tomate, mantequilla y mermelada, parisina con huevo frito, queso cremoso y aguacate, cachuela, aceite, churros, migas… son la mejor forma de empezar el día para alguien a quien le encanta este tipo de manjares. En el local, un pequeño sitio sociable, las preparan con mucho cariño. Tampoco se olvidan de aquellos que se inclinan por lo dulce. Disponen de bollería. Todo ello aderezado con un trato muy familiar, amable y con buena prensa (El Periódico Extremadura no falta encima de su barra). Al frente del negocio se encuentran Jorge Gómez y Estefanía Corral.

«El local es un lugar acogedor en donde prima la calidad», explica José Antonio Mena, camarero del bar. «Todo lo que servimos es casero y nos gusta preparar al mediodía sabrosos pinchos de torreznos, orejas, callos, prueba de cerdo, pollo... para ponerlos con cada consumición», manifiesta. De hecho, sus mesas fueron un escenario de lujo los días de reencuentros de las fechas navideñas, pero siempre cumpliendo a rajatabla todas las medidas que dictan las autoridades sanitarias.

La prisa habitual se esfuma y da paso a los momentos compartidos. «Estamos muy contentos con la acogida de la gente. Nuestro fuerte son los desayunos y las comidas, por la noche la cosa es un poco más floja. La verdad es que estamos muy felices y agradecidos», comenta Mena con cercanía.

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Algunos de esos clientes terminan quedándose a comer. José Antonio detalla la carta haciendo gala de toda su profesionalidad y donde guía a los comensales a complacerse con esa cocina que se basa, sobre todo, en el producto y su temporada, tratándolo lo mejor posible, cuidándolo y llevándolo a su máxima expresión. «Hay almejas a la marinera, bacalao a la dorada, calamares, sepia, solomillo con Torta del Casar, pluma, huevos rotos con gula, croquetas de boletus y foie, morcilla, choricillos picantes...», dice.

Una recomendable experiencia para los que buscan lugares donde la satisfacción sume aspectos, y los sumandos sean el guiso de toda la vida, el servicio atento y una identidad propia.