Los resultados de las investigaciones que se han realizado en los espacios aledaños al yacimiento de litio de Valdeflores «ponen de manifiesto las certezas que teníamos sobre el potencial» del mismo, comentó esta semana David Valls, que es el gerente en España de Infinity Lithium, la empresa que está liderando el proyecto de una mina de litio en el valle de Valdeflores, en la sierra de la Mosca.

Tecnología Extremeña del Litio, que está participada por Infinity Lithium y por Sacyr, obtuvo hace poco más de un año autorización de la Junta para la investigación de los recursos mineros en los espacios que están aledaños a la mina, el permiso (ampliación Valdeflores) se anunció en diciembre de 2020. Pero solo unos meses después, en abril de 2021, se dio a conocer por la Junta que no se autorizaba la investigación en el mismo valle de Valdeflores, en el espacio donde se encuentra el yacimiento que se pretende explotar.

 La empresa ha realizado estudios en el espacio autorizado y recurrió la segunda de las decisiones de la administración autonómica. Como resultado del permiso concedido se han recogido «datos geológicos que hemos desarrollado con todas las labores y estamos trabajando en los informes y en las memorias técnicas para su presentación a la administración en plazo», añadió David Valls.

La investigación se ha hecho «aplicando técnicas no invasivas» en las zonas donde la autorización de la Junta impedía la realización de sondeos y calicatas. «Hay múltiples técnicas de muestreo y muchos trabajos de gabinete y de laboratorio que se pueden realizar», agregó Valls. 

Sobre el recurso presentado por la empresa ante el juzgado de lo Contencioso Administrativo, el gerente de Infinity en España explicó que la empresa ya ha presentado la demanda final una vez que el juzgado dio traslado de todos los expedientes a cada una de las partes, «en cuanto el juzgado recoja la contestación a nuestra demanda por parte de las otras partes -personadas en este procedimiento- ya tiene la documentación para dictar la sentencia», precisó el directivo de la empresa.

La resolución judicial marcará el futuro del proyecto, aunque la decisión que adopte el juzgado podría recurrirse a una instancia superior, a la sala del Tribunal Superior de Justicia de Extremadura. Sea cual sea el sentido final de la resolución judicial, habrá recurso, bien de la empresa, si el juzgado mantiene la negativa a la concesión del permiso de investigación, o del ayuntamiento y las asociaciones y colectivos ciudadanos, si el tribunal tumba la negativa de la Junta a conceder la autorización. Sin ese permiso y sin los resultados que se derivasen del mismo no se puede dar el paso siguiente, que es la solicitud de la concesión de explotación del recurso minero.

La empresa sigue con el proyecto con independencia de cuál sea el resultado judicial, no lo vincula todo a esa decisión porque si todo pasase solo por la misma «no estaríamos empujando el proyecto y con un firme compromiso no solo de empujarlo, sino también otras iniciativas (...) hay que estar preparado para cuando tengamos el permiso de investigación poder presentar el proyecto», aseguró el gerente de la empresa en España.

Infinity anunció el pasado año una modificación sustancial en el proyecto, de una mina a cielo abierto se pasó a una mina subterránea para no afectar a la superficie. Pero para que la empresa presente su proyecto es necesario que antes tenga el permiso de investigación para, con los resultados del mismo, presentar a la Junta la solicitud de explotación del yacimiento con el contenido del proyecto de una mina subterránea.

La otra cuestión que se plantea es si el proyecto de mina subterránea es compatible con el plan general municipal de urbanismo. El gobierno municipal ya ha avanzado que no y que sigue vigente la prohibición del plan de urbanismo de dar usos extractivos al terreno. La valoración de la empresa es diametralmente opuesta al considerar que con un proyecto subterráneo se salva la prohibición de la normativa municipal.