Las obras de conexión entre Macondo y El Junquillo están todavía pendientes de que otra empresa de servicios desvíe una de sus redes para que pueda finalizarse el desmonte del terreno, que es necesario para conectar las calles Alirio Noguera (Macondo) y Miguel Serrano (Castellanos) con la glorieta de acceso a El Junquillo. Desde el gobierno local se explicó este lunes que la obra no se ha parado, aunque sí se ha ralentizado a la espera de que Telefónica modifique el recorrido de su instalación. Es una conexión que en circunstancias normales se hubiese tenido que finalizar en marzo de 2019, pero tres años después aún no se ha terminado.

La obra se planificó en la anterior legislatura para dar otra salida a los residenciales que están al oeste del casco urbano, Montesol y Castellanos, además de facilitar el recorrido del autobús urbano. El proyecto se presentó en febrero de 2018 y la mesa de contratación del ayuntamiento propuso la adjudicación de los trabajos en agosto de ese año con la previsión de que la obra se iniciase en septiembre y con un plazo de ejecución de los trabajos de seis meses.

Pero la conexión ha tenido numerosos contratiempos desde entonces. El primero fue que la obra se adjudicó inicialmente al grupo empresarial Magenta, pero solo unas semanas después se realizó una nueva propuesta de adjudicación a favor de la empresa segunda en el proceso de adjudicación, Gosadex. El segundo es que ha habido conexiones y redes de empresas de servicios que se han tenido que modificar para que la obra se pueda finalizar. Hace un año fue la red eléctrica, ahora es la telefónica. Desde el gobierno municipal se achacó este lunes los retrasos a que el proyecto en su origen estaba mal planteado al no tenerse en cuenta su incidencia en servicios públicos que se tenían que desviar. Desde el gobierno se especificó que Teléfonica tiene previsto acabar esta semana y que por tanto la empresa adjudicataria podría finalizar la conexión «a finales del próximo mes».

La conexión de estos barrios salió a adjudicación con un presupuesto de 380.000 euros, con el IVA incluido. Se presentaron nueve licitadores. Uno de ellos fue excluido del proceso al admitir que su oferta, incursa en baja temeraria, era inviable. Después se excluyó a Magenta y finalmente la adjudicación recayó en Gosadex con un presupuesto de 334.301 euros. El contrato se firmó en noviembre de 2018 en el segundo mandato de Elena Nevado. Un año después, cuando el gobierno local ya lo ejercía Luis Salaya, se anunció que era necesario un modificado en el proyecto por valor de 80.000 euros y que se tenía que desviar la línea de alta tensión que pasa por la zona. Pero no fue hasta marzo de 2021 cuando se publicó en el DOE la comunicación por la que se sometía a información pública la modificación de la línea.

Este continuo retraso en la ejecución de las obras ha provocado las quejas de los vecinos de la zona, una de las últimas a través de las redes sociales en enero de este año denunciando que los trabajos «comenzaron en septiembre de 2018 con un plazo de ejecución de 6 meses, que se alarga a 41 meses, más de tres largos años... con todos los trastornos que ocasiona a los 4.000 vecinos -de los barrios implicados- y más concretamente a los residenciales Colón y Altazor, que estamos a pie de obra».

La solución que se proyectó fue que desde la glorieta de El Junquillo saldrían dos viales, uno conectaría con Alirio Noguera, en Macondo, mientras que el otro se uniría a Miguel Serrano, en Los Castellanos. Se ha descartado la conexión directa con la calle Remedios Buendía, en Macondo, por la pendiente.