La Diputación de Cáceres ha paralizado las obras de reforma de la fachada del convento de San Francisco porque afectan a los nidos de las cigüeñas, según confirmó ayer la institución provincial, que indicó que hoy se retirarán las vallas y los andamios y que las actuaciones se retomarán entre el mes de julio próximo y se alargarán hasta el 31 de enero para no afectar al periodo de nidificación y cría, que se desarrolla normalmente entre febrero y finales de junio. En caso de que la reforma no haya concluido el 31 de enero del 2023, las obras tendrán que volver a paralizarse y esperar de nuevo a retomarlas en julio del año que viene cuando las aves se hayan marchado.

La diputación ha adoptado esta medida después de que la Consejería de Medio Ambiente haya advertido del peligro que corrían los nidos, tras un aviso de la organización ecologista SEO Birdlife. Además, de forma paralela, la institución provincial ha levantado 10 postes detrás del aparcamiento del San Francisco por si fuera necesario instalar allí nuevos nidos.

Marcelino Cardalliaguet Guerra, delegado en Extremadura de SEO BirdLife, apuntó que las obras se han iniciado en un periodo inadecuado y que la diputación ha colaborado en todo momento porque «en ningún caso su intención es causar daño a la colonia de alrededor de 10 parejas de cigüeñas blancas que anidan en las torres del convento». Las cigüeñas están ahora en periodo de reproducción y van a comenzar a instalar sus nidos para criar. 

Cardalliaguet admitió que «las obras son necesarias para restaurar y reforzar la fachada del San Francisco», aunque lo conveniente, según el criterio compartido por técnicos y políticos, es que se realicen más tarde. «Los pollos suelen volar a finales de junio, pero ahora es un periodo delicado, en el que hay que procurar no molestar a las cigüeñas. De hecho son muy insistentes y están incluso intentando romper la red que cubre el andamio porque les impide colocar el nido. De ahí que la permanencia de esa estructura sea un peligro para ellas porque su casa es su casa». Y para las cigüeñas el San Francisco será eternamente su casa, el lugar desde sus polluelos surcarán, llegado el verano, el cielo de Cáceres.