Platón, de quien dijo Cicerón que había bajado la Filosofía del cielo a la tierra, utilizó un mito, en cuyo manejo era muy diestro, para definir el amor. Es, decía, hijo de Poros y Penia. Poros dios de la abundancia (porosidad), Penia diosa de la escasez (penuria). Por eso la Filosofía es el amor a la sabiduría, deseo de saber pues como dijo Sócrates "de lo que no sé solo sé que no sé nada" Es decir, amamos aquello de lo que carecemos. Antes y desde entonces se han dicho muchas cosas sobre el amor. Virgilio subraya su omnipotencia: "Omnia vincit amor et nos cedamus amori" (el amor todo lo puede; démosle paso al amor). Publio Siro advierte de sus consecuencias: "Amor animi arbitrio samitur non ponitur" (elegimos amar pero no podemos elegir no amar). Ovidio incide en su peligrosidad: "Omnis amans militat" (todo el que ama hace la guerra) ya que se dice en Ars "amatoria militae species amor est"; (el amor es una forma de arte bélico) pues como dice Plauto "el amor es fecundísimo en miel y hiel" mas como después de la tempestad viene la calma Terencio nos anima a la bronca: "Amantium irae amoris integratio est" (las discusiones entre enamorados reavivan el amor). Naturalmente no pueden faltar definiciones con retintín como afirmar que el amor es una enajenación mental transitoria (afortunadamente) que impide ver lo que existe y hace ver lo que no existe. Es ciego , dice el mito de Eros, pero Ortega lo redondea: "No es que sea ciego, es que no ve". Los escolásticos decían que es la tendencia de la voluntad hacia el bien. O sea, amamos aquello que conocemos como bueno y por lo tanto para amar es necesario conocer: "Nihil volitum nisi praecognitum" (nada puede ser amado si antes no es conocido? Como decía mi abuela: "Ojos que no ven, corazón que no siente", que aplicado a la comida significaba : "¿Por qué dices que no te gustan estas verduras si no las has probado?" Para dar por acabado un amor puedes regalar una medalla que rece: hoy te quiero menos que ayer y más que mañana.