Fue a primera hora de la mañana, hace justo ahora un año. Una celda del centro penitenciario de Cáceres salió ardiendo mientras el preso se encontraba en su interior. Tal y como informó entonces este diario ocurrió en el módulo 3 y obligó incluso a desalojar la galería donde se encontraban el resto de presos debido al humo provocado por el fuego.

Fueron precisamente dos funcionarios los que se percataron de la presencia del humo y dieron la voz de alarma para evacuar a los presos. Consiguieron asimismo acceder a la celda de la que procedían las llamas, cuya puerta de acceso, que es metálica, se encontraba bloqueada debido a la dilatación provocada por las llamas. El interno sufrió quemaduras en la cara y tuvo que ser trasladado al hospital madrileño de La Paz.

Ante la situación vivida los funcionarios volvieron de nuevo a criticar la falta de medios y de personal, denuncia que ya han trasladado al Gobierno central y por la que se han manifestado en numerosas ocasiones.

Lo ocurrido fue puesto en conocimiento del juzgado de guardia, que remitió el proceso al Juzgado Número 1 de lo Penal, que acaba de condenar al autor. Según recoge el fallo, el incendio fue intencionado y a consciencia, ya que el preso llegó incluso a retirar los enseres más valiosos que tenía en la celda, como la televisión, para evitar precisamente que explotaran. Lo hizo, recoge la sentencia, «para llamar la atención del personal» de la cárcel.

Cogió así el colchón y otros elementos inflamables, los colocó justo en la puerta de la celda y les prendió fuego. La habitación quedó completamente calcinada. El juzgado le condena ahora a un año y nueve meses de prisión por un delito de daños causados mediante incendio. Además deberá indemnizar al centro penitenciario con 1.932 euros, cantidad que ha costado el arreglo de los daños causados por el incendio. La sentencia no es firme y contra ella cabe recurso a la Audiencia.