Jesús Espadero consiguió ayer un arma corta de tiro olímpico por 566 euros, cuando el precio de la misma unidad nueva en el mercado se eleva por encima de los 1.400 euros. «Ha sido una compra muy buena y la primera adjudicación que consigo. Lástima que ya no haya más subastas», comentó. A su lado, un compañero logró una FN 1900, un arma corta belga del año 1900, también destinada a tiro olímpico. «La he comprado porque hubiera sido una auténtica pena que acabara destruida después de hoy», dijo.

Ambos estuvieron presentes en la última subasta pública de armas de la Comandancia de la Guardia Civil de Cáceres, celebrada ayer lunes, en la que se adjudicaron provisionalmente 81 unidades de las 474 que salieron a convocatoria, procedentes de las distintas Intervenciones de Armas y Explosivos de la provincia (Cáceres, Trujillo, Guadalupe, Navalmoral de la Mata, Plasencia, Coria y Valencia de Alcántara). La comandancia ha venido destinando a estas subastas los ejemplares que se quedaban sin propietario por distintas circunstancias, y otros que eran objeto de intervención. En su mayoría tienen un uso cinegético aunque también destaca el tiro deportivo.

Buenas ofertas

«Esta escopeta repetidora cuesta unos 1.000 euros, y aquí la he conseguido por 337», explicaba satisfecho uno de los ciudadanos que participaron ayer de la subasta. «Yo he pujado por dos escopetas de los años 1941 y 1949 que me interesaron bastante durante la exposición porque me gustaría restaurarlas. Soy armero aficionado. Ahora muchas de estas armas acabarán destruidas», lamentó otro de los presentes.

Y así será, porque el Real Decreto 726/2020, de 4 de agosto, que modifica el Reglamento de Armas, aprobado por el Real Decreto 1377/1993, de 29 de enero, incorpora diversa normativa europea para combatir el uso indebido de armas con fines delictivos, de modo que desaparecen las subastas públicas en las comandancias tal y como se han venido realizando. Los ejemplares que lleguen a las distintas Intervenciones de Armas y Explosivos serán destruidos por completo en fundiciones de acero, como se ha hecho hasta el momento con los lotes que quedaban desiertos en las subastas, también con las unidades en mal estado o con las que tenían que acabar así en cumplimiento del destino legalmente establecido. Solo en los últimos quince años, la Comandancia de Cáceres ha destruido por este método unas 10.000 armas.

Exposición de listados

En el mismo periodo se han subastado en la comandancia unas 3.700 armas. De las 474 que se han expuesto durante la última semana, ayer se adjudicaron provisionalmente 81, que recibieron 253 propuestas de compra. El listado de estos 81 adjudicatarios se expondrá en las distintas Intervenciones de Armas y Explosivos de la provincia posiblemente a partir de mañana, para que los nuevos propietarios puedan legalizar sus adquisiciones o bien rechazarlas (a veces una misma persona realiza varias pujas y debe decidir finalmente con cuál o cuáles se queda). Las restantes serán destruidas en fundiciones, aunque sus titulares (si los hubiera) aún disponen de tiempo para retirarlas y darles otro uso.