El Juzgado de lo Penal número 1 de Cáceres ha condenado a dos empresarios de la construcción a un año de cárcel por la muerte de uno de sus trabajadores cuando realizaba labores de asfaltado en una calle del barrio de Antonio Canales.  

La sentencia recoge que ambos son responsables de un delito de homicidio por imprudencia grave, que consume por progresión, a otro delito contra los derechos de los trabajadores por infracción de medidas de seguridad laborales.

Aparte de la pena de prisión, deberán indemnizar a los familiares con 275.000 euros, en concreto, a la viuda, con 169.946 euros, a un hijo de la víctima con 21.110 euros, a otro hijo con 52.155 euros, y a dos hermanos, 15.936 euros cada uno.

Los hechos se produjeron en 2009 cuando el trabajador murió aplastado por una máquina apisonadora. El dictamen considera probado que la máquina con la que el fallecido realizaba los trabajos contaba con un sistema de seguridad pero no con cinturón. La víctima se disponía a realizar tareas en la calle Lusitania, dio marcha atrás e impactó contra el bordillo, volcó la máquina y él sufrió las lesiones que le provocaron la muerte.