Este año había más ganas que nunca. La festividad del febrero, con las lavanderas y la quema del Pelele (un muñeco de trapo que representa al mes de febrero), cobra ahora más sentido porque a esas llamas se han tirado también todos los malos recuerdos de la pandemia para recibir a la normalidad. Tras un año en blanco, este viernes volvió a llenarse la plaza Mayor de lavanderas y aguadores, de niños disfrazados y de fiesta, con la música de la charanga. Había cinco peleles, el oficial de la Universidad Popular, el de la asociación de vecinos Llopis Ivorra-Espíritu Santo, el de Santa Lucía y otros dos elaborados por centros escolares. Pasadas las doce fueron sentenciados de muerte y ardieron ante la mirada de decenas de cacereños.

La fiesta, de origen popular y recuperada en 1989, homenajea a las lavanderas que acudían a los lavaderos de la Ribera del Marco, como el de Fuente Concejo o Fuente Rocha, a lavar la ropa para ganarse un jornal. El último día del mes de febrero se reunían con alegría para despedir al duro invierno. Significaba mucho, pues suponía dar la bienvenida a la primavera y dejar atrás el frío que soportaban a los pies de aquellas fuentes. «Que el fuego nos purifique y nos devuelva la ilusión por conseguir un entorno más tolerante y ponderoso, más limpio y de manos abiertas», ha dicho la portavoz de las lavanderas, Isidora Marroyo.

El Pelele llegó a lomos de un burro, en procesión desde la Universidad Popular. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Tras la quema del pelele llegó la degustación de coquillos, acompañados de licor. Este año no se han elaborado en las cocinas del aula de la tercera edad de la Universidad Popular, porque se encuentran estropeadas. Pero fueron un éxito igualmente.

Así arranca oficialmente el Carnaval en la capital cacereña, aunque ayer jueves ya hubo actividades con la fiesta universitaria en la carpa de la plaza Mayor. Mañana la carpa abrirá a las 16.00 horas con el ‘Carnaval de tardeo’ y a las 18.30 horas está previsto que salga el desfile desde la ronda de la Pizarra. Llegará a la plaza Mayor a las 21.30 horas y la fiesta se extenderá hasta la madrugada. La programación continuará el domingo.

Quejas por la música

Por otro lado, la música de la carpa generó esta pasada madrugada quejas entre los hoteles de la plaza Mayor. Según el responsable de La Boheme, se han marchado de su establecimiento varios clientes y otros han pedido la hoja de reclamaciones por este motivo. Asegura que «ni en Womad ni en un concierto en directo hay tanto ruido». El ayuntamiento confirma las molestias y asegura que hasta las 2.00 horas se recibieron llamadas a la Policía Local. Los agentes solicitaron a los responsables de la carpa que bajaran el volumen.