"La mejor manera de recordar a alguien es que su nombre esté en la calle". Con estas palabras se homenajeó este lunes a Julián Rodríguez, el cacereño que rodeado de palabras vivió y entre ellas lo hará eternamente. El escritor y galerista y el que fuera fundador de la editorial Periférica fallecido en 2019 queda desde ayer a la vista de cualquiera que descanse al paso en el Palacio de la Isla. Su rostro y su nombre lucen en una placa en la fachada que anuncia que su nombre es legado para la que en cierta manera también fue su casa: la biblioteca municipal. 

Fue este lunes, dos años después de su fallecimiento y cuando la pandemia lo ha permitido, cuando la ciudad materializó un anuncio que ya había avanzado el ayuntamiento hace meses, que Rodríguez daría nombre a uno de los espacios municipales más emblemáticos y representativos de su trayectoria como cacereño y escritor.

Familiares de Julián Rodríguez y autoridades descubren la placa en la biblioteca del Palacio de la Isla que llevará su nombre. AYUNTAMIENTO DE CÁCERES

El homenaje, al que asistió su madre María y su hermano Javier y una representación de la sociedad civil cacereña con los dueños de Atrio, Toño Pérez y José Polo, o el gestor cultural Marce Solís, entre otros. Entre las autoridades políticas estuvieron presentes la consejera de Cultura, Nuria Flores, y el alcalde, Luis Salaya, y la concejala de Cultura, Fernanda Valdés, impulsores de la propuesta. 

En su intervención, su hermano Javier agradeció el gesto a los presentes y puso en valor que el epicentro del homenaje a Julián sea «un lugar público y de memoria» como es una biblioteca, un espacio con especial valor simbólico. «A partir de hoy Julián es un poco más eterno». Lo será tanto como lo son las palabras.