Fue el primer mercado de abastos de la capital cacereña. Verduras en una planta, carnes en otra y pescados, en la última. Junto al ayuntamiento, en el Foro de los Balbos, se erigió uno de los espacios más emblemáticos durante décadas para una ciudad porque los mercados no solo son puntos de venta, ocupaban su lugar, para una época sin redes, también como puntos de encuentro. 

De aquella época solo queda el recuerdo de las generaciones que abarrotaban el edificio para surtirse de provisiones. En la actualidad, se conserva un espacio diáfano que decoran la diosa Ceres, los restos de la Fuente Nueve y los Pilares de San Francisco que custodian gatos y palomas, y las escaleras que conectan los adarves con la plaza por las que subían y bajaban las lavanderas, y que solo vuelve a la vida para conciertos de forma puntual. Pocos pueden llegar a imaginar que era una zona de paso obligado. 

Fachada del mercado del Foro de los Balbos, levantado en 1931. EL PERIÓDICO

Como paradoja del destino, este año, ese pasado pretende reconciliarse con el presente. Tanto es así que tras décadas sin reparar en que el Foro representaba una parte esencial de Cáceres salvo en los retratos de antaño, una iniciativa ‘piloto’ pretende devolver a la plaza, como si de un guiño o de justicia se tratara, la venta de productos a uno de sus lugares de origen.

El ayuntamiento ha puesto en marcha una iniciativa pionera que presentará este miércoles y que resucitará uno de los usos tradicionales que tuvo la plaza Mayor. La idea parte de la administración y se prolongará durante al menos el mes de junio. El propósito es que un domingo al mes se instale un mercado de productos de la huerta local. 

La acción estará coordinada en esta primera fase por la cooperativa cacereña Actyva y celebrará su primera edición este próximo domingo, 13 de marzo. En esta cita inicial se instalarán siete expositores, todos en las inmediaciones de la explanada del foro. 

Puesto de frutas y verduras de Jacoba, célebre hortelana. EL PERIÓDICO

En cuanto a los detalles, tal y como concretaron fuentes de Actyva y adelantó este diario, se pondrán a la venta verduras y frutas y lácteos, todos productos cultivados en la ciudad o en los alrededores. La finalidad del mercado, pone de manifiesto la cooperativa, es «visibilizar y promover la venta de alimentos de proximidad que se produzcan con un máximo de 25 kilómetros de distancia»

En relación al resto de fechas, se han cerrado el 3 de abril, 1 de mayo y 13 de junio. Por el momento, el ayuntamiento lo plantea como un proyecto temporal y supedita su continuidad a la acogida que reciba. Pretende así el presente del foro saldar su cuenta con el pasado y abre de forma pretendida o no un debate sobre su futuro.

El ejemplo 

En el caso de otras ciudades, el mercado semanal se centraliza en su plaza. Cierto es que la disposición de la de Cáceres limita que pudiera trasladarse el mercadillo que desde hace años se celebra los miércoles en Vegas del Mocho debido a sus grandes dimensiones, pero los vendedores ambulantes ponen sobre la mesa que con la puesta en marcha de esta iniciativa temporal, pueda llegar a plantearse la posibilidad de celebrar un segundo mercadillo el fin de semana sumándose así a la propuesta de Actyva. Justifica esta decisión Joaquín Jiménez, portavoz de los vendedores ambulantes, en que otras ciudades de Extremadura suman dos citas, una de lunes a jueves y otra durante el fin de semana. «Trasladar a la plaza Mayor el mercado de los miércoles no sería posible porque no cabría, necesita más espacio, pero sí se puede plantear la posibilidad de organizar otro el domingo. Badajoz, Mérida y Plasencia tienen dos», pone de manifiesto. 

Imagen de las casetas del viejo mercado. EL PERIÓDICO

Cierto es, por último, que la explanada el mercado de la Ronda, el actual mercado de abastos, acoge un mercado los jueves aparte del que se celebra el miércoles pero también está emplazado durante la semana y sus dimensiones son muy limitadas. 

Si se quiere convertir la plaza en un referente comercial no parece descabellada esta propuesta. Basta echar un vistazo a la hemeroteca para darse cuenta de lo que el mercado del Foro de los Balbos supuso para Cáceres. El edificio, diseñado por el arquitecto municipal Ángel Pérez, al que se deben otras joyas que también corrieron muy mala suerte como la Casa de la Chicuela, se inauguró en 1931 y fue incomprensiblemente demolido en 1970.

Aspecto actual del Foro de los Balbos junto a la plaza Mayor. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Aquella joya de tres plantas fue construida en hierro y hormigón, con su majestuosa escalera central que tenía bolos y un bonito pasamanos. La escalera comunicaba los tres pisos, en el bajo la pescadería, en el principal los carniceros y charcuteros, y arriba los hortelanos: los Rebollo, los de Magdalena, Lorenzo, Jacoba... todos los de la Huerta de la Madre hasta llegar a 50 o más.

Cáceres recuerda ese edificio siempre húmedo, lleno de ventanas y con mucha luz en el que hacía tanto frío. Los sótanos servían para almacenar la carne y el pescado, que se guardaba en cajas repletas de hielo. Un mercado bullicioso, con sus inolvidables Navidades, cuando los tenderos llegaban cargados de pollos, gansos y pavos, que campaban en sus jaulas en espera de alguna olla caritativa. Pasado de una ciudad que ojalá algún día se pudiera rescatar.