Una avería en la furgoneta cuando a punto estaban de llegar a la francesa Limoges les dejó tirados el jueves en la autovía. Preveían que estaría resuelta a las diez de la mañana de hoy, pero hasta las 12 no han logrado salir. «El asunto de los seguros es muy tedioso. Tienen que llamar de España a Francia, de Francia al taller... Pero no pasa nada, ya estamos en marcha», asegura Chema Melchor, el policía local que junto a su compañero Miguel Ángel Pulido, partió el miércoles desde Cáceres en dirección a la frontera de Ucrania para llevar material de primera necesidad y volver a España con seis refugiados de la zona de conflicto.

Y es que la travesía que les espera deben realizarla a contrarreloj porque mañana sábado tienen que recoger a los compatriotas ucranianos, tal como marca la embajada y el Ministerio de Asuntos Exteriores. Hoy, en torno a las seis de la tarde estaban en Alemania, pero aún les esperaban (según marcaba su navegador) 1.300 kilómetros. Iban a recorrerlos del tirón, parando solo para echar combustible y estirar las piernas, y turnándose en la conducción. Su objetivo es arribar a Cracovia, que es el destino final, en torno a las siete y media de la mañana de hoy.

«Vamos a llegar en hora. Nuestro ánimo no ha decaído y hoy esperamos estar en Cracovia», confía Melchor. 

Los agentes aprovechan para agradecer las muestras de solidaridad que siguen recibiendo desde Cáceres. Chema y Miguel Ángel forman parte de una expedición de la que forman parte seis convoyes organizados por la Asociación IPA, un colectivo internacional de policías con delegación en Extremadura que los puso en contacto con SOS Ayuda Sin Fronteras, radicada en Sevilla.