"Ya estamos en Cracovia". La felicidad no ha podido ser mayor. Después de una dura travesía, marcada por la pérdida de cobertura y de internet en la campiña francesa y una avería que retrasó una madrugada entera su viaje, los policías locales de Cáceres Chema Melchor y Miguel Ángel Pulido acaban de llegar a Przemysl, la segunda ciudad más antigua (después de Cracovia) en el sur de Polonia, a siete kilómetros de la frontera con Ucrania, y ya están de vuelta a España con siete refugiados: tres madres y cuatro niños.

Los agentes iban a bordo de una furgoneta donada por Frutas Carolina (que está en la plaza de La Conce), cargada de víveres, alimentos no perecederos, mantas, ropa y medicinas que facilitaron desde el Círculo Empresarial Cacereño, a través de Inmaculada Polo, la cacereña que la semana pasada lideró una expedición que consiguió trasladar a la ciudad a otros 23 ucranianos. En ello también colaboró Diego Hernández, responsable de Grúas Eugenio, instalaciones desde las que Melchor y Pulido partieron rumbo a la zona de conflicto.

Su punto de llegada estaba a las afueras de Przemysl, en una estación de esquí con hotel y almacén. "El dueño de este establecimiento nos ha dicho que a lo largo de los últimos años había ganado mucho dinero y que ahora lo estaba empleando en ayudar a los refugiados, de modo que en el hotel tiene alojadas a unas cien personas que escapan del horror de la guerra", cuenta Chema Melchor.

Los policías han llegado en torno a las ocho de la mañana y han descargado el material después de haber estado conduciendo desde las doce del mediodía de ayer cuando les arreglaron el furgón en un taller de Limoges, en Francia. Salieron de Cáceres el pasado miércoles y han recorrido nada menos que 3.500 kilómetros. Ese material de la furgoneta lo han dejado en un bar de la estación de esquí que sirve de almacén para las decenas de voluntarios que llegan a Polonia. Es un punto al que igualmente acuden a diario los militares y los miembros de la resistencia para trasladarlo hasta Ucrania a través de las montañas, jugándose para ello la vida.

Los dos policías locales llegan a Cracovia

Los dos policías locales llegan a Cracovia

El dueño del hotel les ha facilitado una habitación, donde los agentes han podido descansar, ducharse y desayunar para enseguida emprender la vuelta, porque les esperan otros 3.500 kilómetros. "Al peque de la expedición lo hemos colocado en el asiento delantero junto a mí y Miguel Ángel. Ya está calentito. Se ha puesto unas gafas de sol y está más contento que na", narra el agente a este diario, feliz por haber logrado esta auténtica heroicidad.

Imagen de los refugiados que vienen de vuelta. EL PERIÓDICO

Los agentes han demostrado una gran humanidad. Han dejado todo por ayudar a quienes más lo necesitan. Gracias a la ayuda y solidaridad de Cáceres lograrán pagar el viaje. Fue a través de unos compañeros policías de Monesterio como contactaron con la Asociación IPA, un colectivo internacional de policías con delegación en Extremadura que les puso en contacto con SOS Ayuda Sin Fronteras, radicada en Sevilla, en la que también hay miembros de IPA, y compuesta mayoritariamente por profesionales de las emergencias, por muchos policías, guardia civiles y bomberos. Juntos formaron un convoy formado por seis coches: el de Cáceres, cuatro de Sevilla y uno de Monesterio. Esa expedición parará este mediodía en Cracovia para seguir recogiendo refugiados. Los compatriotas que van en la furgoneta cacereña serán repartidos entre Sevilla y Rota. Antes descansarán en Nuremberg.

La llegada a la ciudad de los policías está prevista entre el lunes y el martes. Aquí les esperan su familia y sus amigos, el conjunto de una sociedad que valora esta gesta llena de cariño y de infinita humanidad.