Suciedad y ruido en La Madrila: «A las 7 de la mañana era como antiguamente»

El aspecto que presentaba la explanada que rodea los bares de copas y discotecas que cierran a última hora de la madrugada deja un recuerdo al barrio de antigua normalidad. Una amalgama de residuos acumulados, botellas, plásticos y demás envases se repartían a primera hora del domingo en las inmediaciones. Sobre este asunto quiso pronunciarse el presidente de la asociación vecinal, Miguel Salazar, que lamentó la dejadez municipal con el barrio. "Aquí no escarmentamos, es un desastre", puso de relieve.

Durante meses, los locales han permanecido cerrados debido a las restricciones de la crisis sanitaria, más tarde pudieron abrir, pero con limitación de horario y de aforo, una cuestión que provocó que disminuyera considerablemente la afluencia a la Madrila baja, una de las zonas por antonomasia del ocio nocturno de la capital cacereña.

Ahora, ya con las cifras de contagios muy inferiores a la de meses y la relajación de las medidas, la zona ha regresado a su estado prácticamente prepandemia en la que lo habitual es que los clientes de los locales se congreguen en el exterior de los locales para charlar o para cambiar de un local a otro. Ese incremento de la afluencia ya ha causado quejas entre los vecinos, que lamentan que escuchan el bullicio y voces hasta altas horas de la madrugada.