Tenía que haber llegado ayer para recoger toda la mercancía que la ucraniana residente en Cáceres, Khrystyna Mykulyak, había conseguido recaudar para su país. Se puso en contacto con las autoridades ucranianas para organizar la entrega y el Ayuntamiento de Rivne (ciudad en la que reside su padre y que el martes fue bombardeada) se encargó de contratar un camión para que viniera a Cáceres a recoger toda la mercancía.
Se le había abonado por adelantado parte de lo acordado para que pudiera pagar la gasolina pero el camionero ha desaparecido. La última noticia que Khrystyna Mykulyak tuvo de él fue el martes por la mañana, cuando le dijo que estaba a 130 kilómetros de la ciudad. Después se le ha perdido la pista. No contesta a las llamadas. Desde Ucrania creen que podría tratarse de un estafador y ya lo ha puesto en conocimiento de la policía.