Cáceres ha disfrutado de noches gloriosas, de conciertos multitudinarios, de la música de los grandes del panorama nacional que, antes o después, han recalado en la ciudad, pero también de un puñado de figuras internacionales que posicionaron a la capital en el Olimpo del directo. Generaciones enteras rememoran estas citas con nostalgia porque han quedado ligadas a momentos especiales de sus vidas. Puede que muy pocos puedan recordar qué hicieron el 29 de agosto de 1992, pero muchos sabrán contar hasta el último detalle al saber que aquel día actuó Dire Straits en Cáceres.

Fue sin duda el acontecimiento musical más importante vivido en la ciudad durante mucho tiempo. A lo largo de 140 minutos, los de Mark Knopfler recorrieron su historial discográfico, que ya por entonces acumulaba 14 años de éxitos. No fue solo un concierto, fue una auténtica fiesta que se extendió durante el fin de semana por la ciudad. Hasta 35.000 espectadores de todas partes del país acudieron al Príncipe Felipe, tantos que el personal de libranza del Hospital San Pedro se concentró en el camping para atender posibles urgencias. Cuatro mil coches y 15 autobuses coparon buena parte de Las Capellanías, y Cáceres entró por una noche en los circuitos internacionales de la música.

Fue un año muy especial, tanto que esa misma primavera Womad había celebrado su primera edición sorprendiendo a la ciudad con ritmos y músicas de otros lugares del planeta, que en un mundo sin internet sonaban tan nuevas como deliciosas. Jhon Hammond, Bod Gelfod, Salif Keita, Los Lobos, Geoffrey Oryema o Immaculate Fools actuaron en mayo de 1992. Y al año siguiente, en 1993, el público ya esperaba a Womad con los brazos abiertos. El propio Peter Gabriel (director del festival), que había elegido personalmente Cáceres como nueva sede del certamen, ofreció un concierto en el Príncipe Felipe ante 7.000 personas completamente vestido de blanco y evocando sus sueños de un mundo mejor. La crónica del Periódico Extremadura resumía el ambiente inmejorable de una fiesta a la que se sumaron esa noche Kiko Veneno, la Oyster Band y Yamnko. No faltaron a la edición Raimundo Amador o Holmes Brothers.

Aquel curso ‘cum laude’ para la música en Cáceres se coronó el 2 de agosto de 1993 con el concierto de Sting ante 10.000 personas, de nuevo en el Príncipe Felipe. El estadio se volvió mágico cuando el público coreó a una sola voz ‘Every breath you take’, porque no faltaron los grandes éxitos de Police ni tampoco los más recientes de su carrera en solitario, como ‘Ten Summoner’s Tales’, a la postre otro de sus temas inmortales.

Lo mejor del país

Las principales voces de la música nacional también pasaron por los escenarios cacereños. ¿Quién no recuerda el apoteósico concierto de Mecano en septiembre de 1991 en el Hípico, ante 15.000 gargantas? Se trataba de la segunda vez que tocaban en la ciudad tras hacerlo en la plaza de toros en 1989. Llegaban para presentar el lujazo del álbum ‘Aidalai’, que abrieron con ‘El peón del rey de negras’. Además ofrecieron un amplio repertorio de clásicos como ‘Hijo de la luna’, ‘Aire’, ‘Maquillaje’, ‘Hoy no me puedo levantar’ o ‘Perdido en mi habitación’. Por entonces la entrada costaba 1.500 pesetas (9 €). Hoy se vende como reliquia a 60 € en internet.

Manolo García ha sido otro asiduo a Cáceres. En octubre de 1998 llegó al Hípico con su gira ‘Arena en los bolsillos’. Nueve mil personas ya se sabían todos los temas de su primer disco en solitario, desde ‘Pájaros de barro’ hasta ‘San Fernando, un ratito a pie y otro caminando’. Y regaló bises de oro como ‘Aviones plateados’. Tres años más tarde, en octubre de 2001, metía 7.000 almas en el Hípico con otro de sus discos memorables, ‘Nunca el tiempo es perdido’. Ese respaldo le llevó a volver al m ismo recinto en 2005 con los temas de ‘Para que no se duerman mis sentidos’, y en 2008 con ‘Saldremos de la lluvia’.

Sabina y Serrat también han regalado frecuentes visitas a Cáceres. En agosto de 2007 congregaron a 10.000 personas en el Hípico con la gira ‘Dos pájaros de un tiro’, y en 2012 hicieron lo propio con ‘Dos pájaros contraatacan’. Sabina ya había actuado en Cáceres en 1995, año 2000 (8.000 personas en el Hípico) y 2006 en el Auditorio (lleno). Serrat hizo lo propio en 1998, 2000 y 2004. Y ambos compartieron gira con Ana Belén, Miguel Ríos y Víctor Manuel (‘El gusto es nuestro’), todos en Cáceres el 1 de septiembre de 1996.

También Extremoduro ha brindado grandes veladas. La primera en 2012 ante 15.000 espectadores que llenaron el Hípico. Y repitió en el Príncipe Felipe en 2014, con el mismo número de asistentes deseosos de disfrutar de su disco ‘Para todos los públicos’.

‘Triunfitos’ y clásicos

Y no podían faltar los ‘triunfitos’. De todos ellos, Bisbal y Chenoa alcanzaron los 15.000 espectadores en el Hípico en septiembre de 2002, solo un año después de la primera edición de ‘OT’, Otros 7.000 fans acudieron ese día a la firma de discos de almeriense en Eroski. Bisbal volvería en 2010 ya como artista internacional del pop latino, y entre ‘bulería’ y ‘bulería’ vendió 6.500 entradas.

Hasta Raphael ha repetido en Cáceres en 1998, 2002 (doble pase en el Gran Teatro) y 2017, cuando estrenó su disco ‘Infinitos bailes’ y convirtió el Palacio de Congresos en un ‘escándalo’ con el público entregado. «Yo siempre canto donde quiero y me siento querido», dijo. La misma Isabel Pantoja llenó el Auditorio con la gira ‘Sinfonía de la copla’, acompañada en 2005 de la Orquesta de Moldavia.

Conciertos ha habido muchos y muy buenos, como aquella única edición del Play Cáceres organizada por la Consejería de Cultura como festival propio tras la crisis con Womad. Durante cuatro semanas se sucedieron 25 artistas en la plaza: Carlinhos Brown, Chambao, Raimundo Amador, Noa, Santiago Auserón, Estrella Morente o Dulce Pontes. Sin olvidar las programaciones siempre generosas del Extremúsika, con lo mejor del rock nacional y apuestas ambiciosas como The Prodigy en 2018. Esta banda inglesa, pionera del género electrónico ‘big beat’, llegó en avión a Badajoz e hizo que la velada superase los 17.000 espectadores.