No todas las ciudades pueden contemplarse en su extensión desde un altozano próximo. Ni todas son el Tercer Conjunto Monumental de Europa y primero de España. Dos privilegios que en cambio sí tiene la capital cacereña y además multiplicados. La ciudad, rodeada de elevaciones, dispone de un buen número de miradores naturales que se completan con las atalayas que ofrecen sus torres históricas. Y no hay cosa que más le guste a un turista que subir a las alturas y tomar una foto panorámica. Por eso Cáceres tiene previsto construir otro mirador en San Marquino, que brindará «la vista más bonita de la ciudad», y pretende hacer accesible la subida a otros tres baluartes: Torre Redonda, Yerba y Aver. Con todos ellos se amplía el ya generoso catálogo de balcones a ese tesoro amurallado del Medievo.
El objetivo del sector es aumentar las pernoctaciones de los viajeros, «intentar llegar a esas dos noches de media por turista (el pasado otoño se logró) y consolidarlas. Para conseguir este propósito, Cáceres puede añadir más atractivos a su visita porque realmente los tiene y los ha tenido siempre», explica Gema Méndez, miembro de la Asociación Profesional de Guías Turísticos. A diferencia de otras ciudades, «cuando comenzó a concebirse Norba Caesarina, Cáceres se situó defensivamente entre siete colinas, siete montículos con la Ribera del Marco corriendo en la parte baja, junto a la muralla. Y esas vistas tan maravillosas son las que podemos ofrecer hoy», subraya la profesional, recordando que en pleno frenesí de las redes sociales «esas fotos subidas por turistas son auténticos reclamos para que vengan otros».
Además, los miradores permiten comprender de un vistazo la envergadura de la ciudad histórica de Cáceres. Cuando los visitantes desembarcan en la ciudad, «les explicamos que están en el primer conjunto monumental de toda España, pero no asumen lo que significa hasta que no llegamos al Palacio de Carvajal, vemos la maqueta completa y subimos a la torre. Entonces entienden su valor y se sorprenden», detalla.
De hecho, los guías recomiendan a los visitantes acudir a los distintos miradores una vez finalizada la visita oficial. «Tenemos vistas privilegiadas, como el Santuario de la Montaña, al que nunca le hemos sacado el suficiente partido, o la excepcional panorámica de Galarza, o el banco de San Marquino, al que se une ahora un poco más arriba el mirador de la ronda Este». También los del Paseo Alto, «con esa escultura tubular del Infanta Isabel que ofrece una perspectiva realmente singular que muchos buscan con sus móviles», y por supuesto «las torres y campanarios del recinto intramuros», enumera Gema Méndez.
«Son panorámicas que los cacereños estamos acostumbrados a ver, pero que a los visitantes les llaman muchísimo la atención». Además, a la mayoría de estos puntos se puede llegar a pie. «Es tal y como dice la campaña: Cáceres a dos pasos de ti», destaca la guía oficial.
Pero hay más. Este conjunto de atalayas se ampliará próximamente con otros proyectos ya en marcha. Destaca el nuevo mirador de San Marquino, que acaba de anunciar el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica. «Vamos a construirlo sobre un terreno municipal que ahora es un roquedo, en la ladera de la Montaña, en la misma barriada de San Marquino. Se trata de una ubicación idónea, la única desde la que se puede ver al completo el lienzo Este, recientemente restaurado durante la primera fase de recuperación de la muralla», detalla el concejal de Patrimonio, José Ramón Bello.
«Nuestro objetivo se basa en sumar otro reclamo a ese Cáceres de los miradores que tenemos la fortuna de poseer», destaca el edil. Desde este enclave podrá tomarse «la fotografía del atardecer con la vista más bonita de Cáceres, y posiblemente una de las mejores del país, sin ningún otro edificio moderno delante, solo historia, mientras se disfruta de forma sosegada de ese lienzo restaurado», describe. Y así es. La panorámica posiciona a Cáceres en su justo término, con torres, lienzos, campanarios y palacios que forman un conjunto realmente difícil de encontrar en otros destinos.
El proyecto tiene un presupuesto de 80.000 euros. El Consorcio quiere crear una infraestructura pavimentada «para ofrecer un espacio agradable, accesible y amigable que nos permita en un futuro la posibilidad de contar con algún tipo de kiosco o café», precia José Ramón Bello. La intención es licitar el proyecto y la obra este mismo año. «Queremos sumarlo cuanto antes a la oferta de los miradores y de los espacios que estamos abriendo».
Pero además, en la segunda fase de restauración de la muralla se incluye la apertura al público de dos torres muy interesantes, Aver y Redonda, que son auténticos modelos de cómo construyeron los árabes su fortaleza, porque apenas han tenido intervenciones posteriores. Están en el tramo suroccidental de la muralla, cuya reforma será financiada a través de la Comisión Mixta del 1,5% Cultural del Gobierno, que aportará 850.150 euros (70%), complementados con 364.350 del ayuntamiento (30%) hasta sumar 1.214.500 euros.
La torre Redonda figura entre las más autóctonas y originarias por las escasas actuaciones que se le han practicado. De comienzos del siglo XIII, se apoya sobre un antiguo bastión romano y está levantada en tapial. Cuadrada en su base (6 metros de largo), pasa a forma octogonal mediante un biselado de las cuatro esquinas. Su altura sobre la muralla alcanza 6,7 metros y su almenaje incorpora algunas saeteras.
La torre del Aver, ahora en mal estado, llena de oquedades, se asienta en sillares romanos y ofrece una de las morfologías más representativas de la forma de construcción original de los almohades. Aún se aprecian restos del revoco de cal que la cubría a modo de protección. El ayuntamiento quiere sacar estos días a licitación el concurso para llevar a cabo la obra.
Pero además, el Gobierno local ya trabaja en la tercera fase de la restauración de la muralla mediante las ayudas otorgadas por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, a través del Plan de Recuperación y Resiliencia. Son 3 millones de euros que se destinarán, entre otros proyectos, a intervenir en un nuevo tramo, desde la torre de Bujaco hasta la torre del Horno, donde además se estudia adecuar y abrir al público la torre de la Yerba, y hacer transitable otro tramo de cinco metros de la propia muralla. Estas actuaciones se desarrollarán en 2023.