El Periódico Extremadura

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LA CIUDAD SE PREPARA PARA LA PASIÓN DESPUÉS DE DOS AÑOS SIN CELEBRARSE

Cáceres busca afianzarse como destino turístico de excelencia

De jueves a domingo la ocupación supera ya el 90% y se ha recuperado el turismo internacional. La hostelería ha contratado extras y las cofradías, pendientes del cielo para poder sacar todas las tallas

Miembros de una congregación de Galapagar, de turismo ayer en la plaza de Santa María de Cáceres.

Cáceres tiene toda su maquinaria activada para reanudar la Semana Santa. Y después de dos años de parón por la pandemia la recuperación de la fiesta se toma más bien como un estreno, porque la ciudad afronta la primera temporada alta tras el covid. La Pasión es el pistoletazo de salida de la primavera cacereña y las previsiones son esperanzadoras. De hecho, se prevén beneficios prepandemia, a juzgar por los datos de ocupación hotelera. En el año 2019, la última antes del coronavirus, Cáceres recibió 102.379 visitantes, que se dejaron en la ciudad 6,2 millones.

Hace un mes las reservas se habían ralentizado debido principalmente a la guerra y a la subida del precio del combustible. Y, aunque aún quedan habitaciones por cubrir, de jueves a domingo los alojamientos superan ya el 90% (en algunos sitios están completos) y se han comenzado a animar las reservas durante el resto de la semana (del Domingo de Ramos al Miércoles Santo). El sector hotelero confía en que durante los ocho días se roce el 100% de ocupación, tanto en los hoteles como en los apartamentos turísticos.

El colectivo está pendiente de las previsiones meteorológicas, porque estiman que lo que está frenando a viajar a los turistas es la lluvia que se espera para el lunes y el martes, a pesar de que el resto de la semana habrá temperaturas primaverales. Pero hasta esto genera positividad en el sector, porque el turismo vuelve a estar pendiente de las mismas preocupaciones que había antes de la pandemia (como la predicción de tiempo), un signo de que el miedo al covid ha pasado a un segundo plano. «No va a ser como la del 2019 pero vamos a estar casi a niveles prepandemia, aunque pendientes de las reservas de última hora», asegura Alejandro Picardo, director del Extremadura Hotel.

Impulso hace una semana

Las reservas tomaron un impulso hace una semana, cuando también se ha notado un aumento de viajeros para los siguientes fines de semana tanto de abril como de mayo, incluido el puente del Día Internacional de los Trabajadores (el lunes 2 de mayo será festivo), según Guillermo Antón, director del Hotel Barceló V Centenario. Y es que, según Picardo, los viajes de ocio se han recuperado pero falta aún un empuje para el turismo de empresa (no se organizan el mismo número de congresos que en 2019 lo que hace que a diario no se llene).

«La Semana Santa es un ejercicio de recuperación para pasar página y cambiar de ciclo»

Luis Salaya - Alcalde de Cáceres

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Los apartamentos turísticos están también casi al 100% de ocupación, aunque aún tienen habitaciones disponibles, según la presidenta de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Extremadura, María Fernández, que espera que los alojamientos terminen llenándose. Para ella lo más significativo de este reestreno es que la ciudad ha recuperado al viajero extranjero; ya tienen reservas de turistas procedentes de Francia, Alemania, Bélgica e Inglaterra.

La hostelería espera asimismo una semana multitudinaria, por lo que se pronostica hacer cajas similares a las de 2019 durante estos ocho días. «Es cierto que el mercado está un poco raro y que aún quedan habitaciones, pero esperamos recuperar la normalidad y alcanzar números prepandemia», afirma el portavoz de la asociación Acabares, Miguel Martín. De hecho los establecimientos del centro, punto neurálgico de la Semana Santa, han contratado a personal extra en previsión de una gran afluencia. Emilio Rey, del Pato, ha aumentado casi un 50% su plantilla habitual, con cinco nuevas contrataciones. «Después de dos años espero que esté a reventar», afirma. Y lamenta la dificultad para encontrar «personal cualificado» en la región.

Preparativos y quejas

La hostelería del centro lleva meses de planificación para esta Semana Santa porque la mayoría de sus locales se encuentran en el recorrido de las procesiones, lo que les obligará a levantar las terrazas. La Policía Local ha elaborado este año un dossier en el que se detalla qué establecimientos se verán afectados por el paso de los desfiles y donde se les especifica cuándo y cómo deben quitar los veladores. El documento cita uno por uno a estos locales, salvo el del Pato, que no aparece por ningún lado, a pesar de que se ubica en plena plaza Mayor. «Solo sé que tengo que quitar la terraza el Domingo de Resurrección, pero no porque aparezca el nombre de mi restaurante, sino porque en el dossier se especifica que todos los locales de la plaza Mayor tienen que quitar la terraza esa mañana», se queja. La obligación se debe a la aglomeración de personas que se espera en la procesión del Encuentro.

El resto de días Rey desconoce cómo debe actuar. «Quedo pendiente de que la policía venga cuando le parezca a decirme que tengo que quitar la terraza y eso es un problema porque puedo tener clientes en ese momento y tendría que levantarlos», se queja. Según el protocolo, habrá un agente en contacto con un miembro de la Unión de Cofradías que forme parte de cada cortejo procesional, con el objetivo de que este último le vaya dando indicaciones sobre los tiempos de la procesión. Dos horas antes de que pase el desfile la policía avisará a los hosteleros afectados de que tienen una hora para levantar la terraza. El objetivo es que el recorrido quede limpio de sillas y mesas 60 minutos antes de que pase el cortejo.

Para los cofrades, esta Semana Santa también será quizá una de las más especiales. «Hay ilusión y ganas», señala el presidente de la Unión de Cofradías Penitenciales, Santos Benítez. Están pendientes del cielo, porque la previsión de lluvia puede lastrar la salida de todas las tallas, aunque no se arriesgarán: «puede ser una frustración grande un tercer año sin salir, pero hay que velar por las imágenes», advierte Benítez.

«Hay ilusión y ganas. Cáceres es una ciudad de procesiones y de eventos populares»

Santos Benítez - Presidente de la Unión de Cofradías Penitenciales

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Uno de los principales temores de las hermandades (ya son 17 después del estreno, este año, de Nuestro Padre Jesús de la Lealtad Despojado, que procesionará el Martes Santo) es contar con el número suficiente de cofrades para desfilar las tallas. Pero Santos Benítez confía en que no habrá problemas: «la gente tiene ilusión y hasta ahora las iglesias han estado abarrotadas en los actos y cultos celebrados en Cuaresma», asiente.

Las cofradías han acordado que todos los que participen en el cortejo lleven mascarilla (se ha pedido unificación en los colores, dependiendo de la hermandad), incluso los hermanos de carga y los costaleros. En este último caso habrá también una persona encargada de ventilar la zona cada cierto tiempo. Y se pedirá a los espectadores que eviten aglomeraciones.

Para que todo esté listo, el ayuntamiento ha solicitado a Conyser la limpieza de la plaza Mayor y del casco histórico y ha podado los árboles para que no dificulten el paso de las procesiones. «Se está preparando todo con mucho mimo como el acontecimiento histórico que es, es un ejercicio de recuperación para pasar página y cambiar de ciclo», señala el alcalde de Cáceres, Luis Salaya.

El regidor cacereño espera también llegar a los números prepandemia y destaca que Cáceres se ha convertido en destino turístico de calidad, a juzgar por el precio que se paga por noche (de media 150-200 euros). «Ya no nos centramos en el número de pernoctaciones, sino que a Cáceres le interesa más un turista que se queda menos tiempo pero que se gasta el doble porque ese es el turismo de calidad», subraya Luis Salaya. 

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