La Semana Santa cacereña, como cualquier otra manifestación cultural, es el resultado de distintas tradiciones e influencias que se van incorporando al acervo local. Al tratarse de una expresión con más de 500 años de historia, lógicamente las formas más ancestrales son las que dominan en la mayoría de las cofradías, pero durante las dos últimas décadas han aparecido nuevos modos de cargar los pasos que ha revolucionado la estética de la Pasión.

Estos cambios, generalmente de influencia andaluza, han venido de la mano de hermandades jóvenes admiradoras del buen hacer de las cofradías del sur. Al principio tuvieron sus detractores, preocupados por la esencia de la Semana Santa cacereña, pero también sus defensores, convencidos de que la Pasión siempre está en evolución y que todo enriquece. En consecuencia, las 17 cofradías muestran en la actualidad tres formas de cargar los pasos.

Hermanos de carga de los Estudiantes, al hombro. FRANCIS VILLEGAS

1AL HOMBRO. Por los siglos de los siglos

Catorce hermandades mantienen la costumbre cacereña de cargar con un hombro. Desde el Nazareno (fundada en 1464) hasta la Soledad, Cristo Negro, Vera Cruz, Humilladero, Ramos, Batallas, Calvario, Amor, Amparo, Expiración y Sagrada Cena, e incluso dos de las más recientes, como el Condenado y la Victoria.

En este estilo, a los soportes de los pasos se les denomina ‘andas’. Tienen adosados unos varales almohadillados para que los hermanos lleven mejor la carga sobre sus hombros. Dichos listones son longitudinales y más o menos largos dependiendo del peso de la estructura. Aunque hay pasos con tres varales, la mayoría tiene cuatro y algunos cinco, como la Sagrada Cena o La Caída. Durante los últimos años se ha innovado para dar más versatilidad y ligereza a los pasos con andas de aluminio. Jesús Condenado lleva incluso varales plegables que le permiten recorridos inéditos.

Los cofrades que portan las imágenes al hombro se denominan ‘hermanos de carga’, dirigidos por los jefes de paso, a su vez asistidos por un ayudante para las maniobras más complicadas, sobre todo a la salida y entrada de los templos. Al igual que ocurre con la carga a costal o a doble hombro, estos responsables deben poner mil ojos para no rozar los elementos urbanos y para no poner en aprietos a los hermanos. En caso de lluvia, tienen que reaccionar rápido, marcar un regreso inmediato al templo o encontrar cobijo en algún lugar intermedio. La Magna de 2005, con un chaparrón histórico, sorprendió a una decena de pasos en el adarve y la plaza, y fue un buen ejemplo de ello.

En general, un cofrade cacereño porta entre 15 y 35 kilos. La horquilla es un elemento clave en la carga a hombro. Las llevan los 49 pasos que adoptan esta forma en Cáceres a excepción de Las Angustias, que procesiona en la Madrugada con el Nazareno (los hermanos apoyan sus manos en el compañero de delante). Dichas horquillas no solo suponen un elemento de ayuda: son el alma de la Pasión cacereña, ya que resuenan de forma muy especial en el empedrado del Tercer Conjunto Monumental de Europa.

Costaleros de la cofradía de la Salud antes de meterse bajo el paso. FRANCIS VILLEGAS

2.A COSTAL. Expresión del sentimiento

La primera ‘levantá’ se produjo en Cáceres el 4 de abril de 2009. Acaban de cumplirse 15 años. Fue en el templo del Vivero, cuando la nueva cofradía de Nuestro Padre Jesús de la Humildad en su Prendimiento y María del Dulce Nombre, fundada en 2007, salía a la calle con una cuadrilla de costaleros. La expectación era máxima y el público multitudinario para presenciar ese momento. El paso del Señor de la Humildad, obra de Antonio Jesús Dubé Herdugo, imaginero del barrio de Triana, sigue hoy procesionando a costal con seis imágenes, tras las recientes incorporaciones de San Juan Evangelista y San Pedro.

Solo dos días después, el Lunes Santo de 2009, se estrenaba otra hermandad de costaleros, con una cuadrilla de 28 hermanos que portaba la imagen de Jesús de la Salud en su Injusta Sentencia, talla completa y policromada del imaginero sevillano Rafael Martín, sobre una peana con réplicas de las piedras del adarve cacereño. Salieron de Santo Domingo y recorrieron el casco viejo, ganándose al público por el arrojo de aquellos 28 jóvenes que llevaban un trono de seis metros.

Los costaleros soportan el peso cargando con la séptima vértebra cervical, protegidos por el costal y con una faja anudada a los riñones para mantener recto el cuerpo. La técnica necesita un aprendizaje, una coordinación, de modo que los costaleros, a diferencia de los hermanos de carga, acuden a los ensayos entre dos y tres meses antes. En su primer encuentro anual realizan la ‘igualá’: el capataz mide a los participantes organizándolos por altura para distribuirlos entre cada una de las trabajaderas.

Precisamente, las trabajaderas hacen la misma función que los varales, solo que estas se disponen de forma transversal al sentido de la marcha para apoyar la cerviz, y no sobresalen de la estructura. Ello hace que los costaleros vayan ocultos bajo el paso, sin túnica, con pantalón, camiseta y zapatillas de faena, a diferencia de los hermanos de carga, ataviados siempre con túnica cofrade.

Además, los costaleros no llevan andas, sino tronos. Su jefe es el capataz, que determina la duración de los tramos entre paradas (’de chicotá a chicotá’) y las maniobras. Unos contraguías le ayudan desde atrás. En el paso a costal existen una serie de movimiento determinados, muy vistosos, para iniciar la marcha o avanzar al compás de la música, como ‘paso costero’, ‘sobre los pies’, ‘a tres pasos’, ‘levantás al cielo’, ‘a pulso’...

Nueva cofradía de Jesús Despojado, a doble hombro. CEDIDA

3. A DOBLE HOMBRO. La última incorporación

Esta misma tarde, si la lluvia no lo impide, Cáceres estrenará un nuevo estilo: la carga a falso costal o doble hombro. Ha sido adoptado por la última cofradía en incorporarse a la Pasión cacereña, Jesús de la Lealtad Despojado de sus Vestiduras, que ha introducido esta forma a medio camino entre las dos anteriores. Se trata de un procedimiento de carga también interior, con trabajaderas transversales dotadas de elementos que reposan sobre los hombros de los hermanos. Se verá por primera vez desde la salida de la hermandad en el Palacio Episcopal.

Estilo usual en Andalucía Oriental (Utrera, Osuna, Granada, Jaén, Baeza...), su estética es mucho más parecida a la de los costaleros. Los hermanos también van ocultos bajo el paso, sin túnica, en el caso del Despojado con zapatillas, pantalón blanco y camiseta. Les dirige un capataz que alterna los mismos movimientos prácticamente que la carga a costa, pero el peso recae en ambos hombros y se hace más cómodo, o al menos así lo consideran estos cofrades, quizás por la tradición cacereña de hacerlo de ese modo.

Su aceptación ha sido buena: 35 costaleros llevarán al Despojado tras realizar siete ensayos durante meses y llevar a cabo otras costumbres propias del costal como la ‘mudá’ del paso (trasladarlo al lugar del que sale en procesión) o el ‘retraqueo’ (comprobar que toda la estructura está lista y es segura para poder salir).