La concatedral de Santa María ha vuelto a ser este jueves el epicentro de las familias con la celebración, por segundo día consecutivo, de la presentación de los niños a la patrona de Cáceres, uno de los actos más entrañables del novenario. Por primera vez se han dedicado dos días a esta actividad para evitar aglomeraciones, ya que se preveía una gran afluencia debido a que desde 2019 los padres no han podido saludar a la Virgen de la Montaña de cerca junto a sus padres. Por lo tanto, se esperaba a los recién nacidos en 2020, 2021 y 2022, los niños de la pandemia.
Entre las dos jornadas, han pasado por Santa María unos 200 niños. Este jueves saludaron a una Virgen de la Montaña vestida de azul, con un manto bordado en oro y donado por María Antonia Castañera en 1998. El acto ha sido menos multitudinario que otros años, cuando las colas con los carritos de bebés llegaban hasta el Arco de la Estrella; quizá porque el miedo al coronavirus sigue presente. Hoy tampoco había ningún sacerdote en el altar para bendecir a los más pequeños, como solía ser habitual (el obispo, el deán del Cabildo Catedral o un párroco se encargaban de alzar al bebé hasta la imagen y después les daban la bendición). Desde la cofradía apuntan que este año no se ha considerado necesario porque se trata de una «presentación a la Virgen» y no de una bendición a los más pequeños.
Por otro lado, la hermandad ha rendido homenaje al cardenal y exarzobispo de Sevilla, Carlos Amigo, fallecido el pasado miércoles a los 87 años. Amigo, que casó a la infanta Elena y a Jaime de Marichalar, estuvo presente en el novenario de la Montaña del año 2018. «Era una persona maravillosa y muy querido por la cofradía», dijo el mayordomo, Juan Carlos Fernández Rincón. En su recuerdo, el cardenal ha sido nombrado en la misa de hoy jueves a las 20.00 horas en la concatedral. Para mañana, la hermandad ya está preparada para el Besamanto.