Catelsa ha recuperado este martes su actividad después de que la caída de la producción obligara a cerrar la planta al completo el jueves y el viernes pasado, tal y como adelantó este diario. Este martes la industria más grande de la ciudad ha reabierto, aunque solo con el 70% de la plantilla, por el momento no hay trabajo para todos los empleados. El 30% restante se ha incorporado al Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) que la empresa ha prorrogado hasta final de año.

Al menos durante toda esta semana se prescindirá de 69 trabajadores (en Catelsa trabajan 230 personas), aunque no siempre serán los mismos, sino que la empresa cerrará cada día distintos sectores en función de los pedidos que vaya recibiendo. A esto se une, además, que hace un mes no renovó los contratos a los 28 empleados temporales que había contratado a principios de año tras el auge de la producción experimentado en ese momento. Todo cambió en cuestión de dos meses, de nuevo por la falta de microchips arrastrada desde el inicio de la pandemia (durante el confinamiento hubo un exceso de demanda de aparatos electrónicos, que se fabrican con estos elementos, y que desembocó después en la escasez de conectores en todo el mundo) y por la guerra de Ucrania

La situación se irá evaluando cada semana aunque, según apunta su director, Jean Luc Wisniewski, no hay expectativas de que la producción mejore durante todo el mes de mayo. Los pedidos han caído más de un 20%. 

El hecho de que ayer se recuperara la actividad no implica que hayan mejorado los datos. De hecho, según aclara Wisniewski, a la empresa le sería «más rentable» seguir cerrando días completos, pero no puede hacerlo por cuestiones organizativas. «Hay máquinas que no pueden parar porque si no no alcanzaríamos a hacer la producción que tenemos, pero tampoco da para tener todas las máquinas funcionando», insiste. Por eso Catelsa ha vuelto desde ayer a trabajar las 24 horas del día, pero no a pleno rendimiento.

La difícil situación se agravó aún más, tal y como informó este diario, desde que el 28 de marzo se decretara un nuevo confinamiento en Shanghái (China) por el aumento de los casos de coronavirus, lo que ha llevado a cerrar el puerto desde donde se exporta la mercancía. Asia es el principal proveedor de conectores y en Shanghái se encuentran inmovilizados contenedores desde hace semanas con microchips que no pueden llegar a su destino. Y la principal fábrica que los produce también está cerrada por covid. 

A pesar de la difícil situación, por el momento la empresa no teme por su continuidad, tal y como ha asegurado su director; pero para poder mantenerse ha sido necesario adaptar los recursos humanos disponibles a la producción.