Histórico recibimiento al Womad. Cáceres no ha podido acoger de mejor manera a su festival por excelencia, una de las citas que la ciudad marca en el calendario cada año y que lleva ausente desde hace dos años debido a la pandemia. Partía ya con las mejores expectativas de sus treinta años y todo apunta a que los celebrará de una forma que antoja aún extraña tras dos años sin grandes eventos. Impresionaba este jueves la estampa que ofrecía desde primera hora una plaza llena de público.
Ya antes incluso desde que arrancara la ronda de conciertos, este jueves exclusivamente centralizados en el escenario de la plaza, llamó la atención cómo grupos de jóvenes se dirigían hacia el corazón de la ciudad monumental, bolsa de bebidas en mano, para encontrar un hueco. Cierto es que el ayuntamiento hizo este año especial hincapié en el botellón, uno de los asuntos que más críticas y suspicacias ha recibido por parte de los cacereños, y pidió a los asistentes que redujeran el consumo de bebidas en la calle, pero la realidad es que la imagen más repetida desde este jueves fue la de grupos de jóvenes en torno a sus botellas.
También fue habitual ver a los asistentes que decidieron consumir en las barras de los hosteleros y portaban sus vasos reutilizables, otra de las cuestiones que más debate ha generado en primer lugar, porque por primera vez no se les ha permitido instalar sus mostradores de bebidas a los hosteleros de la parte baja y porque al resto no se les notificó que tenían que adquirir los recipientes reutitizables con antelación.
Polémicas aparte, la imagen que más se repitió fue la del reencuentro. Porque si ya de por sí Womad es un festival que mantiene como pilar fundamental la convivencia y la diversidad, en esta ocasión, el reencuentro para muchos se produjo de forma literal. Ya sin restricciones n i de aforo ni de uso de mascarilla, fueron los más prudentes los que mantuvieron los cubrebocas aunque la intención de que no se produjeran aglomeraciones fue en vano.
Así, con un preludio de lleno absoluto, arrancaron los conciertos en el escenario central. Abrieron los extremeños Shoul & Libraloggia y Darío González. El siguiente turno, tras atardecer, lo protagonizaron los ritmos tropicales de Ayom y estaba previsto que pasadas las 23.00 horas cerraran las Amazones d’Afrique, una de las bandas que encabeza el cartel de este año y que paradójicamente se programó en la jornada inaugural.
