«No olvidaremos jamás los sangrientos sacrificios que los pueblos tuvieron que hacer para reconquistar la felicidad de todos. Recordando la sangre derramada por todos los pueblos y los millones de seres humanos sacrificados, asesinados, inmolados por el fascismo nazi, juramos no abandonar jamás el camino que nos hemos trazado. Sobre la base de una comunidad internacional, queremos erigir a los soldados de la libertad caídos en esta lucha sin tregua el más bello monumento: el mundo del hombre libre». Es parte del juramento que escribieron los supervivientes del campo de concentración nazi de Mauthausen el día que los liberaron, entre los que había 106 extremeños (dos nacieron en Cáceres).

Ayer se conmemoró el día de homenaje a los españoles deportados y fallecidos en campos de concentración y a todas las víctimas españolas del nazismo, coincidiendo con el 77 aniversario de la liberación de los deportados. En esos campos de concentración estuvieron internados cerca de 7.500 españoles. Eran exiliados republicanos por orden del general Francisco Franco, que padecieron innumerables atrocidades. 5.117 fallecieron. Allí, también fueron enviados extremeños. Según los estudios realizados hasta ahora, a estos campos llegaron 311 deportados de 121 municipios de la región; 205 murieron (la cifra es provisional, ya que los estudios en vigor continúan añadiendo nombres a esta lista). Entre ellos estaban Constantino Hernández, Julio Mesonero, Juan Montero Ruiz y José Polo Mirón, que nacieron en la capital cacereña. Los dos primeros fueron liberados aquel 5 de mayo de 1945.

profesoras interpretan ‘Los soldados del pantano’, ayer. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Sensibilizado con esta parte de la historia, el Centro de Educación de Personas Adultas Manuel Martín Cisneros se unió a este día conmemorativo con la celebración de un acto en el que participaron algunos de los municipios con vecinos exiliados a estos campos de concentración nazi, además de Cáceres, Casar de Cáceres, Madroñera o Trujillo. El alcalde de Casar, Rafael Pacheco, recordó a Manuel Andrada, fallecido en Mauthausen: «No solo fue la muerte su castigo, sino que su familia tuvo que sufrir su pensamiento, su ideología y aquel régimen fascista que gobernó España, porque se vio obligada a exiliarse», dijo. Estuvieron presentes también alumnos de los institutos Al-Qázeres, Brocense y Javier García Téllez.

Durante el homenaje, que tuvo lugar en la calle Gómez Becerra, se descubrió un lienzo con los nombres de los 311 deportados extremeños y los asistentes colocaron un clavel en recuerdo de cada uno de ellos, en un mural junto a sus nombres. «En Extremadura trabajamos por el mantenimiento de la memoria de nuestros deportados, con el compromiso de mantener su ejemplo al servicio de la libertad y ante nuevas formas de resistencia», afirmó el organizador del acto y profesor del centro, José Hinojosa. Es además el representante en la región de Amical de Mauthausen, una asociación fundada en la clandestinidad durante el franquismo por supervivientes, viudas, hijos y amigos de los deportados.

En recuerdo a todos ellos dos docentes del centro de adultos interpretaron la canción ‘Los soldados del pantano’, una pieza compuesta por los presos políticos del campo de concentración de Börgermoor, que se convirtió en un himno de resistencia contra el nazismo. Y finalizó con la canción italiana ‘Bella Ciao’, otro himno a la resistencia fascista, entonada por los asistentes.