Womad siempre es más que unos cuantos conciertos. Lo que realmente llama la atención para quien recorre Cáceres estos días es que se encuentra a una ciudad que sabe mimetizarse con el espíritu y la energía que desprende el festival. También lo hizo con su estética en los primeros años aunque aún se respira la esencia primigenia pese a los negacionistas. 

Os sabugueiros. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Así, al margen del cartel oficial y de la programación paralela con sus mercados, talleres y sesiones en la filmoteca, la cita sigue manteniendo en pie una de sus raíces, la de sacar la música a la calle. Atrae a bandas de folk y a solistas que se reparten por el entorno del corazón monumental y en las horas vacías ofrecen su repertorio a todo aquel que quiera escucharlo. 

En apenas unos metros y en un recorrido desde la plaza Mayor, epicentro del festival, hasta el Gran Teatro, otro epicentro, en este caso logístico, quien pasee puede encontrarse con Diaji, un joven de Badajoz que interpreta temas con su guitarra con Paco de Lucía incluido y que acude a Cáceres llamado por Womad. Lo mismo ocurre con Fernando Barrios, en este caso, saxofonista. También de Badajoz e interpelado este fin de semana por el festival de las culturas.

El saxofonista Fernando Barrios. SILVIA SANCHEZ FERNANDEZ

Del reconocible y simbólico Bella ciao se encargaron Os sabugueiros desde Portugal, que prepararon en la calle el concierto que más tarde, este viernes, ofrecerían en El Corral de las Cigüeñas en su festival fusión. Womad resiste aunque sea menos vistoso así en su esencia, en la de las calles y en la del ambiente. Y si Womad vive, la lucha sigue.