Aldea Moret siempre ha sido la barriada que ha recibido a la mayor parte de los migrantes que llegan a Cáceres. «Cada día son más y la mayoría vienen en situación irregular: no tienen papeles, no tienen derecho a nada, encuentran incluso dificultades en el empadronamiento para acceder a los servicios básicos», explica el párroco, Miguel Ángel González. «Un estudio nos desveló hace un par de años que había más de 50 nacionalidades, sobre todo de América del Sur, África subsahariana y árabe, Rusia, Rumanía…», detalla.
Por ello, la parroquia se ha sumado a la Iniciativa Legislativa Popular promovida por la Conferencia Episcopal para pedir al Congreso una nueva regularización de migrantes. «Son personas que llevan años con nosotros y necesitan acceder a contratos de trabajo, porque de lo contrario seguirán sometidas a la economía sumergida y a la explotación, sin derechos», advierte el sacerdote.