La tradicional feria del ganado era la verdadera razón de ser de la fiesta que en estos días se celebra en honor a San Fernando, aunque no existe una advocación como tal ni una imagen a la que los cacereños honren. Sin embargo, lo cierto es que desde los privilegios medievales que autorizaban a la ciudad a celebrarla tenían puesta su mirada en esta actividad económica que ha estado unida de forma indisoluble al Cáceres del Rodeo y la plaza Mayor, pero tristemente fue desapareciendo y convirtiendo en un hecho simbólico a finales de los 70 del pasado siglo. Muchos todavía la recuerdan con nostalgia.
Para seguir evitando que muera en el olvido, el Palacio de la Isla acoge desde hoy una exposición virtual ‘Foto Feria histórica’ que recoge 75 viejas imágenes de esa época, correspondiente al período situado entre los años 1900 y 1979. Se trata de instantáneas que forman parte de la fototeca del archivo municipal. Se podrá visitar hasta el próximo 26 de mayo, en horario de mañana (09.30-15.00 horas). La concejala de Cultura, Fernanda Valdés; el cronista oficial de Cáceres, Fernando Jiménez Berrocal, y el portavoz de Amigos de la Ribera, Pedro Moreno, han presentado esta mañana la muestra fotográfica.
La edil ha incidido en que “con la exposición, a través de la fotografía, se consigue que hiciésemos memoria sobre lo que hemos sido y que se comprendiese mejor lo que somos ahora. Sin olvidar nuestro pasado rural”.
Berrocal ha detallado que “las actuales ferias de San Fernando eran en el pasado una necesidad que tenía la ciudad para activar su economía y el comercio durante unos días. A finales del siglo XIX existen una serie de contactos entre grandes ganaderos y el ayuntamiento cacereño que dan como resultado la creación de este popular evento, que a partir de 1896 hasta el día de hoy, han sido el principal reclamo para que forasteros viniesen aquí y se realizasen diferentes tipos de transacciones".
Por su parte, Moreno ha demandado que “sería bonito y muy importante que haya un hito conmemorativo en el parque del Rodeo, con una placa en recuerdo a la efemérides, ya que no hay nada que haga referencia a estos comerciantes que se dedicaban a comprar y vender ganado, y de esta forma poder recordarlos”.
Para comprender la feria del ganado hay que tener en cuenta que los animales que se compraban y se vendían no formaban parte de los entretenimientos de sus propietarios, sino que eran elementos de primera necesidad para el desarrollo de determinadas actividades. El peso de la economía agroganadera en la sociedad extremeña de siglos pasados explica con creces la existencia de este comercio y la importancia que sigue manteniendo actualmente en Zafra o Trujillo.
El ambiente de la feria del ganado lo podemos adivinar fácilmente en los diferentes documentos gráficos en las que se ven las reses, los cercados para las vacas, cerdos, gallinas… y los corrillos en los que se cerraban los tratos con un simple y solemne apretón de manos. A estos eventos acudía gente de Extremadura, Castilla León, Castilla la Mancha y Andalucía, con el fin de engrosar su rebaño de ovejas o de cabras con nuevos ejemplares, quien deseaba deshacerse de alguna vaca o comprar un buen tiro de mulas para moverse por el campo. Los vehículos a motor todavía no habían hecho su irrupción y el medio de transporte era el caballo o el modesto burro. En las besanas de Cáceres y su provincia, los arados con bueyes y la única oportunidad anual de adquirir ejemplares era en este improvisado mercado.
