La camarera más querida de Cáceres ha sido Pilar Murillo, seguramente por su carácter, amabilidad, cercanía y sobre todo por su discreción. Ese no creerse por encima de nada porque, para ella, por encima de todo estaba la patrona de Cáceres. Seguramente por eso la Junta de Gobierno de la Cofradía de la Montaña, consciente de la aclamación popular de los devotos de la Virgen hacia quien fue la hija del pediatra Julián Murillo, no ha parado en reconocimientos a la mujer que ha marcado parte de la historia de la hermandad y que falleció el pasado 3 de abril a los 91 años.

Fue la noche del lunes cuando en la reunión presidida por el mayordomo, Juan Carlos Fernández Rincón, se decidió poner el nombre de Pilar Murillo al futuro Museo del Santuario, que se construirá en el lugar que siempre ha ocupado la tienda de recuerdos. La cofradía se encuentra embarcada en tres obras de gran calado, la primera ha sido el columbario, ya terminado, que cuenta con 43 solicitudes de enterramiento. La segunda es la cafetería, cuya reforma sigue pendiente de un trámite administrativo. La tercera es un museo, que a modo de centro de interpretación, mostrará mantos, enseres y videos de la Virgen. Estará incluido en la red turística del ayuntamiento.