El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, aseguró este miércoles que la posición del gobierno municipal respecto a la mina de litio de Valdeflores no ha cambiado. «Seguimos entendiendo que el proyecto tiene más riesgos que beneficios», aseguró tras la reunión que mantuvo con los directivos de Extremadura New Energies, la empresa creada por Infinity Lithium en España y con sede en Cáceres para la iniciativa minera que se quiere desarrollar en la sierra de la Mosca.

Ramón Jiménez y David Valls, directivos de Extremadura New Energies, presentaron a Salaya los cambios realizados en el proyecto, que de mina a cielo abierto pasa a subterránea, fue una reunión a la que también asistió la directora de la oficina de desarrollo urbano del ayuntamiento, Rocío Clemente Vicario. Aunque Salaya mantuvo su rechazo, sí hubo dos manifestaciones del alcalde que no son contrarias al proyecto. Llaman la atención porque sus declaraciones siempre han sido muy rotundas en contra de la iniciativa.  

En la primera admitió, en la contestación a una pregunta, que hay un cambio en el tono de la empresa, «eso sí es obvio», con la entrada de Jiménez. Y la segunda fue cuando reconoció que «los daños para la ciudad serían menores» si el proyecto «terminara saliendo adelante». «Obviamente, si no es a cielo abierto, -los daños- son menores», comentó. No obstante a continuación aclaró que la posición del gobierno local «sigue siendo la misma». El PSOE, tanto antes en la oposición como ahora en el gobierno, ha sido contrario a un proyecto minero «que tiene más riesgos que beneficios», dijo.

El pasado otoño, la empresa ya hizo público que la mina sería subterránea y no a cielo abierto. Hasta este miércoles esa información no se ha trasladado directamente al alcalde. La reunión de ayer hay que entenderla como parte de un cambio en la estrategia de comunicación de la empresa, que no solo ha abierto una sede en la ciudad, sino que además está manteniendo contactos con distintos colectivos y asociaciones cacereñas, el movimiento más llamativo fue su entrada en el Círculo Empresarial Cacereño, además este martes se presenta el proyecto subterráneo en la Cámara de Comercio.

La empresa, con ese cambio y con el fichaje de Jiménez como cara más visible, intenta trasladar a la sociedad que su proyecto no es tan dañino para Valdeflores como la corta a cielo abierto proyectada inicialmente y que ya se ha descartado, además de insistir en que se han hecho cambios para hacerlo más sostenible y atender a demandas ciudadanas. Pero todas estas reuniones son tanteos para ir preparando a la sociedad y ganar apoyos para cuando se pueda dar el paso siguiente, que es la presentación del proyecto en la dirección general de Minas de la Junta.

Y ese paso, del que dependerá si el proyecto puede seguir o no y de qué manera actuarán en el futuro tanto los que están a favor como en contra de la mina, es que el juzgado de lo Contencioso decida si se mantiene o se anula la denegación de la Junta del permiso de investigación minera que solicitó la empresa. Esta decisión es la más fundamental ahora, todo lo anterior a la sentencia que se haga son movimientos de la empresa para mostrar que su proyecto no es tan agresivo. Jiménez fue claro este miércoles al recordar que no se podrá presentar oficialmente el nuevo proyecto «hasta que no haya una resolución judicial, antes no podemos», afirmó.

La reunión con Salaya es una de las más importantes mantenidas hasta ahora por Jiménez y Valls. El ayuntamiento sigue siendo la administración que más puede decidir sobre la viabilidad del proyecto de la mina. Es la que tiene la competencia sobre la ordenación del territorio, en la reunión de ayer estuvo la directora de la oficina de desarrollo urbano. La empresa quiere sacar su proyecto del valle de Valdeflores, donde está la mayor protección ambiental, y llevarlo a los terrenos colindantes. Aunque fuera de Valdeflores hay espacios protegidos donde se permiten las actividades extractivas, lo que no se autoriza, al menos no se admite en terrenos que son no urbanizables protegidos, es que se monte una fábrica o planta de procesado en este tipo de suelos.

La intención de la empresa es que la fábrica de procesado del mineral esté junto a la boca de entrada a la mina subterránea. El debate es si es necesario o no una modificación del plan de urbanismo. La empresa sostiene que no porque su proyecto ya es subterráneo, pero el ayuntamiento sigue interpretando que para la mina es un requisito esencial cambiar el plan de urbanismo para que se adapte a las singularidades del proyecto. Y Salaya dijo este miércoles que «no hay novedad respecto a lo dicho otras veces» Y lo dicho otras veces es que no hay intención de variar el plan general municipal de urbanismo.

Salaya avanzó que le ha pedido a la empresa que presente su nuevo proyecto oficialmente a la administración, sería primero a la Junta, competente en minas, y después al ayuntamiento, que debe informar sobre la ordenación del territorio, pero para que esto se pueda producir antes tendrán que hablar los tribunales y obtener la empresa el permiso de investigación minera.

De la información que la empresa trasladó a Salaya y Clemente, el primero destacó que «la única información de interés que se nos traslada es que la mina a cielo abierto está superada». El alcalde quiso dejar claro que, pese a los cambios, el gobierno local «sigue desconfiando del proyecto», añadiendo que «más allá» de esa desconfianza y exigencias de garantías a la empresa, «lo que tiene que producirse es un debate social».

La explicación que la empresa trasladó este miércoles al ayuntamiento es «la misma» que se ha difundido en contactos con otras asociaciones de la ciudad. En la reunión se habló de las tres posibles ubicaciones que maneja la empresa para la entrada a la mina, «todas fuera» del valle de Valdeflores, insistió Jiménez, que precisó que en la reunión por parte del alcalde y de la directora de desarrollo urbano se plantearon dudas que se intentaron aclarar «y que estamos dispuestos a seguir aclarando», apostilló el directivo de la empresa.

Claves

¿En qué situación está el proyecto?

El proyecto minero está pendiente de una sentencia del juzgado de lo Contencioso, que tiene que decidir sobre el recurso presentado por la empresa contra la denegación por parte de la Junta de la autorización de investigación de los recursos mineros en Valdeflores. Lo que está pasando ahora es la difusión de los cambios en la mina por la empresa, pero sin la sentencia no se puede avanzar.

¿Por qué importa  la sentencia?

Por la fórmula elegida por parte de la empresa para poder desarrollar su proyecto. Tener de la Junta el permiso de investigación es necesario para a continuación poder pedir el permiso de explotación, que es el que sí dará el derecho a poder excavar la mina. Sin el permiso de investigación no se puede dar el paso siguiente y sin esa autorización no hay mina ni se puede presentar el proyecto.

¿Hay otras alternativas?

Sí, la ley de minas permite ir a una concesión directa de la explotación si se demuestra que están los recursos mineros en el subsuelo. Por parte de la empresa se ha confirmado que se cuenta con otras alternativas, pero el camino elegido es el de tener antes el permiso de investigación para que en el futuro no haya más reclamaciones. Por tanto, y por ahora, todo pasa por lo que decida el juzgado.

¿Se pone fin con la sentencia?

No, la resolución judicial, admita o no el recurso de la empresa, no pondrá fin al proceso ante los tribunales si cabe recurso al TSJEx. Si es favorable a la empresa y obtiene el permiso de investigación, por la compañía se puede continuar con la tramitación ante la administración autonómica, aunque en los recursos que se presenten se puede pedir la paralización de los efectos de la sentencia hasta que decida el TSJEx.  

¿En qué cambia el proyecto?

El principal cambio es que la mina es subterránea, ya no es una mina a cielo abierto, y que se presenta un plan más sostenible y con otro tratamiento de los residuos que se generen, y se insiste en que solo se utilizará agua reciclada de la depuradora. Además se cambia el modelo de difusión del proyecto y se intenta tener apoyos en la sociedad civil, principalmente del sector empresarial.

¿Se puede hacer   la mina?

Primero habrá que esperar a que el juzgado decida. Solo en caso de que la empresa pueda seguir, todo va a depender primero de la Junta, por sus competencias en minas y en medio ambiente, y luego del ayuntamiento, que decide sobre la ordenación del territorio. El proceso administrativo sería muy prolongado. Por ahora ni siquiera por la empresa se plantea que una administración superior decida. 

¿Qué importancia tiene el ayuntamiento?

Hasta ahora el que más, incluso por encima de la Junta. Hay que tener en cuenta que si la Junta denegó el permiso de investigación fue porque los informes del ayuntamiento fueron tajantes al remarcar que en un suelo donde el plan general de urbanismo no permite excavar no se pueden hacer sondeos, aunque los informes eran para un proyecto de mina a cielo abierto en mitad de Valdeflores.

¿Puede cambiar su posición?

Por ahora el gobierno local no puede desdecirse, sobre todo porque ha sido muy beligerante contra la mina, aunque el proyecto subterráneo abre otro escenario. El alcalde reiteró ayer que la posición del gobierno local no cambia. Pero hay otro elemento a valorar, en un año hay elecciones y la mina de Valdeflores volverá a ser uno de los temas centrales de la campaña electoral, la mediatizará.

¿Hay que variar el plan de urbanismo?

Es uno de los asuntos de debate. La empresa minera sostiene que con una mina que es subterránea no es necesario. El ayuntamiento considera que esa modificación, en la que su posición es fundamental, se requiere. Si es así y no hay cambio en el plan, el ayuntamiento puede bloquear una declaración de impacto ambiental positiva al defender que no se puede actuar en un suelo protegido.

¿Qué pasa con el Paisaje Protegido? 

Todos los cambios en el proyecto y los movimientos de la empresa para que su iniciativa salga adelante se producen cuando por parte de la Junta se está tramitando que parte del espacio donde se quiere actuar obtenga la declaración de Paisaje Protegido, figura que está recogida en la legislación y que incrementaría la protección que el plan general de urbanismo da al suelo.


  

El proyecto minero choca con la protección que tiene el terreno

Es la historia de siempre, pero es lo que hace doce años se planeó para Cáceres. En el espacio donde la empresa quiere desarrollar su proyecto de planta industrial de procesado del mineral y la entrada de acceso a la mina hay hasta seis tipos de suelo no urbanizable protegido:Montaña en sus tres grados (1, 2 y 3), Dehesa, Llanos y Masa Forestal, cada una con sus limitaciones.

La empresa baraja hasta tres ubicaciones para colocar la planta de procesado del mineral y la entrada a la mina subterránea, todas fuera del valle de Valdeflores, pero dentro del espacio del permiso de investigación minera Ampliación de Valdeflores, que ya tiene concedido la empresa. El que no tiene autorizado es el permiso de investigación Valdeflores, que es el que coincide con el sitio donde está el yacimiento de litio. Una de las localizaciones para la planta y la entrada a la mina es al sur de Valdeflores. Las otras dos son a ambos lados del valle de Valdeflores, una en la parte de la carretera de Miajadas, en la Solana, y la otra en la parte de la carretera de Trujillo, la Umbría.

En los suelos de protección Llanos y Dehesas se autorizan los usos vinculados a explotaciones extractivas, pero siempre que lo permitan el resto de limitaciones que hay para estas categorías. En Masa Forestal no se autoriza la actividad extractiva. Pero no están autorizados los usos industriales, incluso en las dos ocasiones que el consistorio ha abierto la mano para permitir actividad productiva en el tipo de protección Llanos, asociaciones ecologistas han recurrido y los tribunales les han dado la razón, uno de los argumentos es que no se puede reducir la protección que se ha dado a un terreno si no se demuestra que los valores que motivaron su protección han desaparecido.

Algo parecido ocurre con el suelo protegido Montaña. En su categoría 1 sí se permiten actividades extractivas, pero no en el resto de las categorías. No están autorizadas las actividades industriales, mientras que para los usos residenciales se necesita una parcela mínima de 8 hectáreas en el tipo 1, en los otros dos están prohibidas las nuevas edificaciones.