La ejecución del aeródromo de usos restringidos de Cáceres se retrasará al menos otros tres o cuatro años más tras publicarse este martes la declaración de impacto ambiental negativa emitida por la dirección general de Calidad y Evaluación Ambiental del Ministerio para la Transición Ecológica. Entre las razones que se exponen en la resolución se señalan hasta cinco motivos. El más importante es la incidencia que la entrada y salida de avionetas tendría en las aves de los espacios protegidos que están en el entorno de la ubicación que se proponía, en las inmediaciones del hotel Palacio de Arenales y cerca de la conexión de la A66 con la N521. Otra razón es que no se cumplen las indicaciones que en resoluciones anteriores se habían hecho para la redacción del estudio de impacto ambiental. La denegación de la DIA salió publicada este martes en el Boletín Oficial del Estado.

Se ha tardado siete años entre la resolución de la Secretaría de Estado de Medio Ambiente que desestimó la tramitación de evaluación ambiental simplificada, que en 2014 realizó la Junta para poder sacar a concurso la obra, y la declaración de impacto ambiental negativa publicada en el BOE. La resolución de 2015 obligaba a hacer un estudio de impacto ambiental más detallado y a que el proyecto se sometiese al trámite de una declaración de impacto ambiental ordinaria, resuelta negativamente ahora.

Los informes y estudios que más han incidido en la decisión del ministerio no han sido precisamente los de las asociaciones conservacionistas, sino los de la subdirección general de Biodiversidad Terrestre y Marina del ministerio y los de la dirección general de Sostenibilidad de la Junta de Extremadura, que a su vez es la administración promotora del proyecto y que encargó la redacción del estudio de impacto ambiental. 

Ahora se abre otro periodo en el que el ayuntamiento debe proponer a la Junta otra ubicación para la infraestructura aérea, se pretende hacer con un consenso previo con el ministerio. Todo este trámite, sobre todo si hay que hacer una nueva evaluación, llevará un plazo de al menos tres años, se podría reducir si se encuentra en las inmediaciones de Cáceres terreno suficiente sin una incidencia ambiental relevante. El inconveniente es que no hay muchas opciones, dado que el casco urbano de Cáceres está rodeado por espacios protegidos, la excepción era su zona oeste, que es precisamente donde se proponía ubicar el aeródromo, que no está dentro de ningún terreno con protección, pero que sí los tiene cerca.

 Una de las primeras reacciones fue la del ayuntamiento. El concejal de Urbanismo, José Ramón Bello, aseguró que el consistorio, con sus técnicos del área, «se sentará con la Junta y el ministerio -para la Transición Ecológica-» para analizar qué zonas son susceptibles para la ubicación de la infraestructura aérea. En el mismo sentido reaccionó la Junta de Extremadura a la publicación de la resolución de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental del ministerio.

«La Junta analizará, junto al ayuntamiento, las diferentes alternativas posibles para continuar con el proyecto», se afirmó este martes por parte de la Consejería de Movilidad y Transportes. «Se hará un estudio de viabilidad serio y contrastado que nos indique qué zona de Cáceres es susceptible para ubicar un aeródromo», añadió el concejal, que no avanzó posibles alternativas porque «no se pueden cerrar ahora ubicaciones», ya que se requiere «un estudio pormenorizado».

El apartado de la resolución que es más rotundo para la declaración negativa es el relativo a los efectos sobre la fauna, en especial sobre las aves. Así se subraya que no se puede descartar la existencia de impactos ambientales significativos sobre la fauna del entorno, en particular la ornítica, con importantes pérdidas de hábitats, molestias y daños, así como un significativo incremento del riesgo de colisiones con las aeronaves, unas incidencias que no se pueden paliar con las medidas correctoras que propone el estudio. El riesgo de colisión de las avionetas o aeronaves con las aves es una de las causas de oposición al emplazamiento propuesto que más se repite en los informes en los que se ha apoyado el ministerio para su resolución.

Plano con la ubicación propuesta para el aeródromo y las Zepas que están a su alrededor.

Plano con la ubicación propuesta para el aeródromo y las Zepas que están a su alrededor. EL PERIÓDICO

La subdirección general de Biodiversidad Terrestre y Marina indica en su informe que el ámbito del estudio de campo que se ha realizado es «muy reducido» y que por tanto «no se conocen las características de las comunidades aves situadas en un radio mayor». Además destaca que en el estudio de impacto ambiental «no se han tenido en cuenta parámetros importantes» para valorar el estatus de las poblaciones afectadas en la zona de actuación.

En sus reacciones, tanto el ayuntamiento, principalmente, como la Junta, en menor medida, ambas administraciones gobernadas por el PSOE, trasladan parte de la responsabilidad de lo ocurrido al PP, por ser el partido que gobernaba en 2014 la Junta y el ayuntamiento. Ese año fue cuando se eligió la localización ahora descartada por el ministerio.

«Estas cosas suceden porque hay un paso que no se da bien», según indicó Bello, que calificó de «insólito» que por parte de la Junta, cuando gobernaba el PP, se comprasen los terrenos donde se proponía que fuera el aeródromo «sin haber hecho una valoración suficiente sobre la viabilidad de esa zona». Desde la consejería se limitaron en su respuesta a detallar la tramitación de este proyecto, tanto cuando gobernaba el PP, momento en el que se sacó por primera vez el concurso y se eligió y compró el sitio propuesto -según se recuerda en la respuesta-, como con el PSOE al frente de la Junta, etapa en la que se redactó el estudio de impacto ambiental y se aportaron los informes a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea y al ministerio. No obstante, el estudio, que se redactó con la actual administración, es muy cuestionado en la denegación.

Colectivos, como la Confederación de Empresarios Autónomos de Extremadura, también han reaccionado este martes y han calificado de «insostenible» las trabas ambientales que se ponen a distintos proyectos que se quieren acometer en la región.

El lugar elegido en el estudio de impacto ambiental que encargó la Junta y ahora rechazado ocupa una superficie de 46.000 hectáreas y no se plantearon otras alternativas en la zona por su proximidad a Cáceres y a las infraestructuras ferroviarias. La resolución de la dirección general concluye entre sus consideraciones finales que con la ubicación propuesta para el aeródromo de uso restringido no se puede descartar que se produzca un impacto significativo sobre la vegetación, los hábitats de interés comunitario y las comunidades de aves del entorno, tampoco se puede descartar que no se ocasione un perjuicio sobre la integridad de la Zepa Complejo de los Arenales y sobre otros espacios de la Red Natura 2000.