Es sin duda una de las reliquias más importantes de la cristiandad, y por supuesto la más significativa de la Diócesis de Coria-Cáceres. Según la tradición, se trata del mantel donde se celebró la Última Cena, origen de la Iglesia y de la institución de la Eucaristía. Fechado en el siglo I por investigadores como Hernández Pacheco, Carrato Ibáñez o Gómez Moreno, está realizado en hilo de lino blanco con bandas decorativas azules, realizadas con índigo. Único en el mundo, tiene dimensiones llamativas: 4,42 m. por 92 cm.

Durante siglos, el Mantel Sagrado de Coria levantó tanta devoción que los peregrinos acudían en masa desde distintos orígenes para verlo expuesto en la balconada del frontal de la catedral, construida ex profeso para poder extenderlo. Los fieles llegaban a arrancar pedazos de la reliquia, por lo que en 1791 dejó de exhibirse. Fue relegado al interior, luego a un museo habilitado en la propia catedral, y así se perdió gran parte de la devoción popular y de su conocimiento. «Yo mismo, que he estado toda mi vida en la Iglesia, no había oído hablar del mantel», confesó ayer el nuevo obispo de Coria-Cáceres, Jesús Pulido, muy sorprendido con esta reliquia.

De hecho, el prelado se ha unido a los esfuerzos que el Cabildo Catedral está haciendo en los últimos años para devolverle el reconocimiento público. Porque su importancia ya no solo reside en su posible origen, sino en los siglos y siglos de devoción que lo convierten en un objeto muy especial y preciado.

Así, la catedral habilitará una capilla para que el Sagrado Mantel pueda estar siempre expuesto y extendido, espacio al que también se incorporarán otras reliquias muy simbólicas que alberga este gran templo privilegiado en semejante patrimonio, como un supuesto fragmento del Lignum Crucis. Además se están realizando estudios arqueológicos y empíricos (por ejemplo sobre los pólenes adheridos) para validar si el paño viene de tierras palestinas y por qué lugares pasó. De momento la primera referencia escrita aparece en una bula de Benedicto XIII (siglo XIV).

Han trabajado sobre la pieza científicos como John Jackson, investigador de la Sábana Santa de Turín, expertos del Centro Español de Sindonología y diversos historiadores. Estos trabajos, junto con el documental promovido por el Cabildo Catedral y el Grupo de Acción Local ADESVAL, rodado en Israel, Estados Unidos, Italia y España, están generando un renovado interés hacia la reliquia.