Como las canciones del verano, los trabajadores de la comisaría de la Policía Nacional en el Nuevo Cáceres regresan en época estival a las concentraciones para reclamar, y llevan varios años haciéndolo, que la climatización del edificio (que se inauguró hace apenas una década y costó millones de euros) funcione debidamente. 

“Llegamos a registrar hasta 35 grados en algunas de las estancias en las que trabajamos. Y en invierno tenemos que estar con estufas y abrigos para poder trabajar. Es algo que también afecta a los usuarios que vienen a la comisaría”. Es decir, que renovar ahora el DNI en Cáceres supone pasar por una sesión de sauna exprés.

Lorenzo Simón, secretario provincial del sindicato Jupol, el sindicato mayoritario de la policía en Cáceres, explica que mantendrán las concentraciones periódicamente “hasta que la Subdelegación del Gobierno nos dé una solución”.

Esa solución parecía que estaba encarrilada, porque el Gobierno central había adquirido nuevos aparatos de aire acondicionado, pero “ahora la empresa que se los ha suministrado les exige un recargo del 30% sobre el coste inicial”, por lo que los aparatos de aire se encuentran apilados sin darles utilidad.

“Estamos hartos, llevamos años batallando con la Administración. Estamos ante un edificio que se construyó sin ventilación; no hay ventanas. Se han gastado 10 millones de euros en una auténtica chapuza. Eso sí, en las zonas de los jefes sí que funcione correctamente el aire acondicionado”.

Por suerte para ellos, la ola de calor remite a partir de hoy; aunque el verano está a la vuelta de la esquina...