Las zonas naturales de baño del norte cacereño no son la gallina de los huevos de oro, porque no hacen ricos a los municipios, pero son las únicas que tienen para pasar el verano y guardar parte de esos huevos para comer en invierno. Sin embargo, los ayuntamientos andan muy inquietos desde 2020, cuando la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) comenzó a poner trabas a su apertura, coincidiendo con algunas quejas ecologistas. La Diputación de Cáceres se puso manos a la obra para coordinar el problema, hacer un chequeo de cada espacio y financiar las obras necesarias de cara a su legalización, pero pide tiempo. Sin embargo, este verano la CHT vuelve a ponerlo complicado. Finalmente, la institución provincial ha llevado la cuestión al ministerio para que se apruebe un plan que le permita actuar con margen. Está a la espera de la respuesta.

«Efectivamente, los pueblos son los primeros interesados en que las zonas de baño estén legalizadas, cuidadas y no masificadas. Nadie va a matar a su gallina», explica Carlos Carlos, presidente de la Diputación de Cáceres, que insiste es que esta institución, debido al pequeño tamaño de los ayuntamientos, ha decidido encargarse del asunto: estudio pormenorizado, redacción de proyectos y aportación económica para ejecutarlos. «El problema afecta prácticamente a todas las comarcas del norte, unas 70 zonas de baño. Nuestro compromiso es firme. Sólo necesitamos tiempo, no pedimos más», subraya el presidente.

50 millones perdidos

«Las piscinas naturales no solo suponen el recurso que salva a los pueblos en verano, es que constituyen su despensa para el invierno, porque atraen a una población intermitente que mueve la economía el resto de los meses», indica Ignacio Lozano, presidente de la Asociación Turismo Norte de Extremadura (Aturnex). De hecho, el cierre de estos espacios en 2020 debido a la pandemia y las primeras advertencias de la CHT, «dejó claro que supone la muerte absoluta de los municipios», unos efectos que Aturnex calcula solo aquel verano en 50 millones.

¿Pero qué es lo que está ocurriendo? Hace dos años se supo que la CHT comenzaba a advertir a algunos ayuntamientos de que no podían utilizar el cauce llegado el verano para represar el agua y formar piscinas naturales. Grupos conservacionistas venían clamando contra estas represas alegando perjuicios al movimiento de la fauna, daños en el entorno y ruptura de la continuidad del cauce. El año pasado, superada la peor parte de la pandemia, los municipios necesitaban recuperar sus reclamos y Diputación mantuvo un encuentro con la CHT, comprometiéndose a coordinar la solución en cada uno de los cauces. «Porque debe quedar claro que, en ningún caso, Diputación quiere saltarse la normativa medioambiental», puntualiza Carlos Carlos.

La institución provincial dio este paso adelante al entender que el asunto no podía quedar en manos de los distintos ayuntamientos, con menor capacidad de actuación. «Las zonas de baño son un factor de desarrollo de toda la zona norte, una actividad económica fundamental que de ninguna manera puede dejarse caer», afirma Carlos Carlos. «Generan atracción turística, empleo y riqueza en las zonas rurales, que lo necesitan para luchar contra la despoblación», recuerda.

«Los municipios son los primeros interesados en tener estas zonas cuidadas, legalizadas y no masificadas»

CARLOS CARLOS - Presidente de la Diputación de Cáceres

La reunión de 2021 fue vista con buenos ojos por la CHT. De hecho, ese verano abrieron todas las piscinas emblemáticas de las comarcas. Sin embargo, otra vez en 2022, el organismo está realizando inspecciones y pidiendo autorizaciones a los ayuntamientos de las obras hechas en su día para que puedan preparar sus zonas de baños. «Ha sido un poco sorprendente porque nosotros estamos avanzando en la solución y saben que necesitamos tiempo. Además, muchas de esas obras fueron muros de hormigón realizados por la propia CHT hace décadas, que evidentemente no cumplen los requisitos y que hay que cambiar. En ello estamos», matiza Carlos Carlos.

Las visitas de los agentes de la confederación a los ayuntamientos vuelven a sembrar la incertidumbre entre los alcaldes, que no quieren arriesgarse a una denuncia, pero tampoco quieren dejar a sus pueblos sin los ingresos del verano. Por ello, la Diputación ha solicitado un encuentro que ya ha mantenido con el Secretario de Estado del Ministerio de Medio Ambiente, Hugo Morán, en el que Carlos Carlos le ha transmitido la situación en la que se encuentran estas 70 zonas de baño, especialmente de Las Hurdes, Sierra de Gata, Valle del Jerte y La Vera.

El presidente ha insistido en la necesidad de firmar un plan o protocolo que marque la hoja de ruta y establezca los compromisos adquiridos sin más sobresaltos. Desde la Diputación destacan la buena sintonía del encuentro, puesto que el secretario de Estado se mostró «muy receptivo» ante una problemática que también se está dando en otras provincias, incluso manifestó su disposición a plantear la solución de la institución cacereña ante las distintas confederaciones, por considerarla efectiva. Y lo más importante: se comprometió a mantener una reunión estos días con la CHT «para buscar esa fórmula de flexibilidad en la ejecución del plan, que nos permita desarrollarlo», indica Carlos Carlos. Cáceres aguarda los resultados de dicha reunión. De ella depende parte sustancial de la economía rural.

LA APUESTA DE LA PROVINCIA POR EL AGUA Y EL TURISMO NAÚTICO

La polémica de las piscinas naturales surge en un momento en el que Cáceres se ha propuesto hacer del agua uno de sus grandes ganchos para el turismo. Dispone de recursos. Tiene 6.000 hm3 de agua embalsada, 300 kilómetros de ríos navegables y numerosas zonas de baño en paraísos medioambientales. 

 El turismo náutico ya da resultados: existen unas veinticinco empresas asentadas en el territorio que ofrecen navegación a motor/vela, vela ligera, remo, kayak, windsurf, paddle surf o pesca deportiva. La Diputación Provincial también ha puesto en marcha una serie de actuaciones para dotar a ríos y pantanos de embarcaderos (pantalanes flotantes y bases náuticas), con un presupuesto global de 1,7 millones de euros.

Mientras tanto, se avanza en las medidas a adoptar. Diputación ya ha inaugurado las obras de una zona de baño natural en Hoyos, prototipo de lo que pretende hacer en otros espacios similares: un dique desmontable. «Derribamos el muro que existía, un tipo de estructura que efectivamente puede crear serios problemas, e instalamos compuertas sobre perfiles de acero inoxidable, que se desmontan pasada la época estival o en el momento en que sea necesario. El cauce queda totalmente limpio. Las compuertas centrales están laminadas para permitir el tránsito de peces. Esta solución tiene autorización por un periodo de 25 años tanto de la Sección de Pesca de la Junta de Extremadura como de la propia CHT», describe Carlos Carlos. «Diputación ha demostrado que podemos hacerlo, hay créditos para ello», insiste. 

Además, la institución provincial ya está elaborando ese documento técnico y único con los expedientes de las zonas de baños en poder de la Dirección General de Sostenibilidad de la Junta y de la propia confederación, «para ordenar las actuaciones a realizar» y trasladarlo a la CHT. «Pedimos un poco de lógica en todo esto: de un lado los mismos pueblos quieren un desarrollo sostenible y mantener esos espacios en condiciones perfectas; de otro, debemos ser consciente de que un mismo municipio no puede tener tres o cuatro zonas de baño», matiza el responsable provincial.

El presidente de la Asociación Turismo Norte de Extremadura insiste en la necesidad de encauzar la situación, dado el movimiento económico que suponen las piscinas en los municipios. «Conocemos la situación de todas las comarcas del norte extremeño y son recursos cruciales. El visitante o el emigrante que vienen a disfrutarlas acaban comprado o alquilando casas en los pueblos, van necesitando reformas y cambios en el mobiliario que dan vida a los autónomos durante el resto del año, digamos que reúnen presupuestos para el invierno», destaca.

«No suponen solo el recurso que salva a los pueblos en verano, es que constituyen su despensa para invierno»

IGNACIO LOZANO - Asociación de Turismo Norte de Extremadura

«Sin olvidar los beneficios que esas piscinas suponen para los restaurantes, las tiendas y las empresas de aventuras, pero también para los agricultores y ganaderos que dan salida a sus productos», precisa. De hecho, en Aturnex lo tienen comprobado: los pueblos que abren antes sus piscinas marcan los mejores índices de alojamiento. 

BALSAS QUE TAMBIÉN AYUDAN CONTRA EL FUEGO

Las piscinas naturales (su nombre adecuado sería ahora ‘zonas naturales de baño’ para no dar idea de un aprovechamiento artificial del cauce todo el año, así están las cosas), no solo sirven de refresco a paisanos y turistas en pleno estío, que también, y en buena hora. Es que además tienen otro uso importante: el plan INFOEX se vale de ellas cuando sus helicópteros necesitan tomar agua para apagar los fuegos que desgraciadamente se producen en estas zonas de alto valor ecológico, sobre todo durante la época estival.

«Estamos hablando de la zona norte de Cáceres, donde el riesgo de incendios es muy alto y lamentablemente así lo venimos comprobando. Los medios del INFOEX necesitan esas láminas para tener retenida el agua, cargarla y dar una respuesta rápida ante una emergencia», subraya el presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, Carlos Carlos. «También hay que poner en la balanza esta utilidad a la hora de acordar por fin el plan que solicitamos, para poder legalizar y utilizar sin problemas esas balsas de agua», afirma.