2022 ha sido el mejor año de su vida, y no es para menos. Rafael Barrera Rodríguez (Sevilla, 1993) no puede dejar de sonreír. Este cacereño de corazón ha logrado en un tiempo récord de un año y medio, ser el número seis en las últimas oposiciones de Gestión de la Administración de la Seguridad Social para toda España, de tipo A-2. Se presentaron un total de 1.800 aspirantes para 282 plazas. El joven estudió en el Colegio San Antonio de Padua y cursó el doble grado de Derecho y ADE en la Universidad de Extremadura, pletórico de felicidad explica su experiencia a El Periódico. «Empecé hace cuatro años a prepararme la oposición a Inspector de Trabajo, pero lo dejé porque creo que me metía una presión a mí mismo que no era la adecuada para la salud. Por eso, tras un corto periodo de reflexión, me puse a prepararme para Gestor de la Seguridad Social y por fin he conseguido el mayor reto de mi vida», resalta satisfecho.

En esta larga y dura carrera por lograr su sueño ha habido mucho sacrificio, ganas de superarse y vocación. «La noticia ha sido una gran alegría. Mis padres y hermano, amigos y preparadores (Gonzalo González Tejedor, Jefe de Inspección de Trabajo de Cáceres y María Inmaculada Prados). Es un orgullo para ellos y para toda mi familia, que siempre me han apoyado desde el principio», manifiesta Barrera para que nos hagamos idea de la felicidad que supuso entre los suyos que hubiera logrado su propósito.

En todo este proceso, reconoce también que sus padres lo pasaban mal al verlo «encerrado en la biblioteca y en la habitación, estudiando tanto». Sobre el sacrificio y empeño que supuso aprobar la oposición, apunta que él en todo momento lo vio como que «estaba trabajando por un objetivo. Sin interrupciones, sin teléfono móvil, sin distracciones, sin vacaciones, sin salir de fiesta, superconcentrado, continuamente memorizando temas y repasándolos».

Tras el verano le espera un mes de formación en Madrid, con un sueldo como funcionario en prácticas y tendrá que elegir una ciudad para consolidar su aprendizaje. Después se convertirá en funcionario de carrera, tras conocer su destino definitivo. «Puedo elegir cualquier sitio de España pero entre mis opciones están Cáceres, Sevilla o Málaga, aunque todavía no lo he pensado», indica mientras posa a las puertas del Palacio de la Isla, cuya biblioteca ha sido, precisamente, testigo de tantas horas de estudio.