El gasoil sigue siendo el dueño y señor de las carreteras. Esta supremacía también se da en la provincia cacereña, que registra un parque móvil formado por 320.299 vehículos, según el Anuario Estadístico de la Dirección General de Tráfico de 2020. De esa cifra, el 66% de los modelos que circulan por las vías de la geografía cacereña, o lo que es lo mismo, casi siete de cada diez, lo hacen a gasoil (211.417 unidades). El segundo lugar lo ocupa la gasolina, con un 33% del total (108.294). El tercer apartado agrupa a todos los vehículos que funcionan con diversas energías, entre ellas los eléctricos, que solo suponen el 0,1 % (588).
No obstante, estas cifras han ido evolucionando en los últimos años, ya que en 2016 el número de vehículos que funcionaban sin combustibles fósiles era la mitad, concretamente 267. En cualquier caso, es cierto que el parque móvil de la provincia ha experimentado en general un fuerte aumento entre 2016 y 2020, con 20.422 vehículos más. Los de mayor crecimiento han sido precisamente los de energías alternativas (+120%), a mucha distancia del gasoil (+8%) y la gasolina (+4%).
La nueva Ley de Cambio Climático marca los tiempos que transformarán por completo la movilidad
Estos datos irán evolucionando a medida que pasen los próximos años. La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética, aprobada por el Gobierno español, establece que desde 2040 solo se podrán vender vehículos nuevos que sean cien por cien eléctricos (ni siquiera híbridos, de gas…). Y esto se aplicará tanto a turismos como a vehículos comerciales ligeros y motocicletas.
Tampoco es mucho consuelo pensar que se podrá aguantar con modelos de gasoil y gasolina de segunda mano, puesto que se prevé que en 2050 ni siquiera tengan permitido transitar por las vías públicas. No hay fecha para la prohibición completa, pero ese es el horizonte con el que se trabaja.
Además, la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética incluye otras normas de obligado cumplimiento, entre ellas que las estaciones de servicio deberán instalar puntos de recarga de 50 kW (mínimo) o 150 kWh de potencia, según sus ventas.
Asimismo, las ciudades con más de 50.000 habitantes habrán de dotarse ya mismo de una zona de bajas emisiones, que estará lista antes del 2023, a modo de ‘Madrid Central’. Son 150 poblaciones, entre ellas Cáceres, que no lo tiene fácil. Su orografía entre la Montaña y la Sierrilla constriñe el centro y lo reduce a dos grandes calles que atraviesan su médula: el eje Cánovas-San Antón-Parras-San José (ya restringido en parte); y el eje Virgen de Guadalupe-Hernán Cortés, con dos transversales básicas: Gil Cordero y Primo de Rivera. Por eso, a falta de conocer medidas concretas, en principio no se prevén otros cierres duros.
