El policía nacional acusado de disparar al preso que se fugó en Cáceres pide ser absuelto. Esta es la postura que ha mantenido la defensa del agente este jueves, jornada en la que estaba previsto que se celebrara el juicio en la Audiencia Provincial tras cuatro años de instrucción. A su llegada, el acusado fue recibido a las puertas de los juzgados por casi un centenar de compañeros, que se concentraron para mostrarle su solidaridad antes de que arrancara la vista.
"Hemos venido a apoyarle", han sostenido mientras han defendido su inocencia. En este caso, la Fiscalía también se posiciona con la defensa y sostiene que no hay delito. Es la familia del interno que falleció la que pide que sea condenado por homicidio imprudente a cuatro años de prisión y pague una indemnización de 240.000 euros.
Así, a la hora fijada, pasadas las 9.30 horas, cuando las partes se reunieron en la sala de jurado para alcanzar un acuerdo que evitara el juicio y, finalmente, al término del encuentro han comunicado que no se ha producido conformidad y que, por tanto, se emplazan al 20 de julio para continuar la negociación.
En ese sentido, el abogado defensor del encausado ha puesto de manifiesto que "no queda acreditado que la bala perteneciera al policía" y, por tanto, no hay pruebas que determinen que el agente realizó el disparo mortal. "Cualquier persona estaba perfectamente a tiro para hacer ese disparo". De la misma forma, ha expuesto que en ningún momento se han encontrado "ni los casquillos ni las balas". "Hubo ocho disparos y solo se han encontrado cuatro balas".
En cualquier caso, ha destacado también la situación de tensión que se vivió en esos momentos, ya que según apunta como ya determinó el propio subdelegado del Gobierno, el preso "era muy peligroso" y el agente fue agredido "dos veces", primero con "una piedra" y más tarde, "a golpes".
