El domingo fueron los hortelanos, el miércoles fue el Partido Popular y ayer, la Asociación de Amigos de la Ribera del Marco. El incendio del pasado sábado ha sido la gota que ha colmado el vaso. Afectó a la parte media del río de Cáceres y calcinó superficie de cinco fincas, una casa y obligó en una de ellas a desalojar a los animales. El colectivo volvió a pedir al equipo de gobierno acciones que mejoren el entorno natural que enarboló el programa electoral de Luis Salaya. La opinión generalizada de los que trabajan la tierra es que no se han arbitrado las medidas necesarias para la recuperación de la zona que dio origen a Cáceres, porque hasta ella llegaron los primeros pobladores en busca del agua y decidieron asentarse en sus orillas.

Pedro Moreno, presidente de la asociación, recordó que a comienzos de legislatura se prometió una ordenanza de desbroce que se cambió por una de limpieza, se prometió la limpieza del cauce, con acuerdo plenario, y tampoco se ha llevado a cabo. «Está pasando que se está quemando todo y no hacen nada porque no quieren hacerlo. Salaya está agotando nuestras palabras», concluyó como un lamento.