Los lugares escondidos de Cáceres: una belleza poco conocida

El concejal de Turismo del ayuntamiento, Jorge Villar, destacó que en 2021 se produjeron 401.512 pernoctaciones, convirtiendo al mes de diciembre en el mejor de la historia con 41.636. Es más, 5.164 viajeros extranjeros visitaron la ciudad el pasado mayo, 21% más que en abril, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Un aliciente turístico es la exploración de lugares poco conocidos en una ciudad que presume de gran recorrido histórico y atractivo cultural.

Judería vieja

Situada en el barrio de San Antonio, por detrás de la plaza de las Veletas, se encuentra el antiguo barrio judío de Cáceres, conocido como la Judería Vieja. Es de mayor extensión que la Judería Nueva y ha conservado una fisonomía de viviendas populares, de casas de una planta con paredes encaladas, vanos desorganizados y grandes chimeneas de ladrillo.

Jardín de doña Cristina de Ulloa

Situado en la plaza San Jorge, este jardín nació en 1963 como homenaje a Cristina de Ulloa, la esposa del alcalde del momento Alfonso Díaz, que falleció en un trágico accidente cerca de Talavera de la Reina, suceso que consternó a la ciudad. Fue diseñado por el arquitecto José Luis Hernández en la parte antigua de la ciudad y en 1971 se hicieron algunas obras para decentar el lugar.

Olivar de la Judería

Ubicado en la calle Hernando Pizarro, este parque tiene vistas a la Ribera del Marco y a la Sierra de la Mosca. Se pueden apreciar diferentes tipos de aves y disfrutar de la naturaleza que lo rodea, convirtiéndolo en uno de los lugares más tranquilos de la ciudad.

Baluarte de los Pozos

Situado en el barrio de San Antonio, consta de una torre almohade del siglo XII que protegía pozos estratégicos para el abastecimiento de la ciudad en caso de asedio militar. Actualmente, es un centro Turístico al que se accede a través de una casa adosada a la muralla, donde hay una exposición de las Juderías de Extremadura y Portugal, además de la torre de los Pozos. Lo más destacable del Baluarte son los restos arqueológicos recientemente excavados.

Puerta del río o Arco del Cristo

En la calle Adarve del Cristo, se encuentra la única puerta original romana (puerta del río). Está formada por dos arcos de medio punto y actualmente se la conoce como el Arco del Cristo, por la imagen del Cristo Crucificado que tiene en la hornacina de la parte interior, de principios del s. XIX. 

Puerta Azul de la Buganvilla

Esta característica puerta azul es un icono de la judería de Cáceres y pertenece a una casa muy pintoresca del barrio San Antonio. Con el tiempo, se ha convertido en una parada obligatoria para los 'influencers' que ven en ella el atractivo turístico suficiente como para sacarse fotografías.

Palacio de la Isla

Durante el siglo XVIII, sus propietarios ostentaron el título nobiliario de marqueses de la Isla y ese es el origen del nombre. Se encuentra en la plaza de la Concepción 2, en la Judería Nueva, y fue construido en el siglo XVI, al estilo renacentista con detalles manieristas y góticos. Suele acoger celebraciones de bodas.

Fuente Fría

En el barrio de San Francisco se encuentra un parque tranquilo y extenso que aguarda un lugar clásico de la ciudad: Fuente Fría. La ya histórica fuente de abastecimiento de la ciudad es muy utilizada por los vecinos de la zona y a pesar de los problemas por las lluvias, la fuente sigue funcionando. Se puede acceder a esta zona verde desde la Calle Fuente Fría o la Calle Residencial San Francisco.

Santuario de la Virgen de la Montaña

Es el hogar de la Virgen de la Montaña y uno de los lugares más altos (600 metros de altitud) y con las mejores vistas de Cáceres. El origen proviene de una leyenda urbana en la que un devoto peregrino, Francisco Paniagua, recorrió más de 40 kilómetros esperando una señal divina para construir un templo a su culto. Defraudado, se retiró a la sierra de la Mosca para fundar un santuario en un mirador natural de la ciudad.

El callejón de los huesos

El callejón de Don Álvaro, conocido como el callejón de los Huesos, es una de las partes más estrechas de la ciudad, llegando a los 135 centímetros de ancho. Une la plaza de San Jorge con la de San Mateo y destaca por la cantidad de huesos humanos incrustados en sus muros, cuya procedencia es desconocida.